Nuevo gesto de valores del Infantil B en Japón
El equipo de David Sánchez ha consolado a los jugadores del FC Persimmon tras superarlos en una dramática tanda de penaltis que ha finalizado 11-10 y en la que se han lanzado 28 penaltis
Primer equipo
Club
Socios
Entradas y Museo
Muy pocas veces una tanda de penaltis es tan dramática como la que se ha vivido hoy en Osaka los cuartos de final de la Junior Soccer World Challenge 2018. El Barça y el FC Persimmon habían empatado 2-2 al final de los 50 minutos reglamentarios cuando se ha llegado a la lotería de los penaltis. Y allí, donde portero y lanzador se retan cara a cara, se han vivido momentos agónicos. El Barça se ha impuesto 11-10 gracias al acierto de Adrian Gill, en el lanzamiento número 28, cuando el equipo azulgrana ya había desperdiciado tres oportunidades para sentenciar la clasificación para las semifinales. Y, lo que ha venido después, una auténtica lluvia de emociones, ha recordado lo que se vivió en el año 2016 cuando la generación de 2004, dirigida entonces por Sergi Milà, consoló a los jóvenes jugadores del Omiya Ardija cuando les ganaron la final de este mismo torneo por 1-0. Un gesto aquel que ganó el premio Laureus al Mejor Momento Deportivo del Año.
Lo vivido hoy en el césped ha sido la repetición de aquellas escenas dos años después. Los jóvenes jugadores del FC Persimmon, una escuela de fútbol formativo de la ciudad de Kawasaki, se han desplomado en el suelo y han comenzado a llorar una vez han visto como se les escapaban las semifinales. La reacción de los jugadores azulgranas ha sido inmediata. Se han acercado hasta el rival y han comenzado a abrazar uno a uno a los jugadores dándoles consuelo. Un gesto que ha sido agradecido por el cuerpo técnico del equipo del FC Persimmon y por los espectadores que han aplaudido a los jugadores del Infantil B cuando se han retirado hacia los vestuarios.