Luis Enrique Martínez (2014-2017)
Con 36 años, superó el curso de entrenador de fútbol con una promoción de lujo que incluía nombres como Josep Guardiola, Guillermo Amor, Sergi Barjuan y Albert Ferrer, entre otros. De este modo, en junio de 2008 se hizo cargo de la dirección técnica del Barça Atlètic, antiguo nombre del filial azulgrana, el Barça B, un equipo que la campaña anterior había subido de Tercera División a Segunda B. El asturiano sustituyó a Pep Guardiola, que debía hacerse cargo de la primera plantilla junto a Tito Vilanova.
El balance de Lucho en el banquillo del filial tuvo bastante éxito. La temporada 2008/09 terminó quinto en la clasificación de su grupo de la Segunda División B, si bien no se logró el ansiado ascenso, objetivo que se alcanzaría el curso siguiente gracias a una gran generación de futbolistas como Sergi Roberto , Marc Bartra, Martín Montoya, Jonathan Soriano y Thiago Alcántara. Con ellos el equipo quedó en segunda posición en la fase regular, y después se consumó el ascenso a la Segunda División A al superar en la fase final al Jaén y al Sant Andreu.
La guinda llegó la temporada 2010/11, cuando Luis Enrique consiguió la máxima puntuación histórica del filial barcelonista en la categoría de plata del fútbol estatal, con 71 puntos (20 victorias, 11 empates y 11 derrotas), y ocupó la tercera posición del campeonato por detrás del Betis y el Rayo Vallecano, que lograron el ascenso directo a Primera División, y por delante, entre otros, del Granada, que también acabaría obteniendo el ascenso.
Después de este gran logro, el asturiano decidió probar suerte fuera de las fronteras estatales y dio el salto a la dirección del AS Roma, uno de los equipos más importantes del Calcio, donde tuvo bajo sus órdenes a Bojan Krkic, cedido por el Barça. Terminó la temporada en séptima posición en la Liga, y fue eliminado en las semifinales de la Coppa Italia y en la fase previa de la Europa League 2011/12.
Después de una temporada sin entrenar, la 2013/14 Luis Enrique volvió al fútbol español para dirigir el Celta de Vigo, donde se encontró con Rafinha, cedido por el Barça, y con Fontàs y Nolito, ex azulgranas. El balance final de Lucho con el conjunto gallego fue bastante bueno: terminó el campeonato de Liga en una dignísima novena posición y recibió los elogios de todo el mundo por su fuerte carácter metódico y ganador.
La temporada 2014/15, la primera en el banquillo del FC Barcelona, fue de apoteosis deportiva. El espíritu competitivo del técnico asturiano se transmitió completamente a los jugadores azulgranas, que, en un ejercicio inmejorable, conquistaron la triple corona por segunda vez en la historia del Club. En la Liga el Barça se proclamó campeón con dos puntos de ventaja sobre el Real Madrid; en la Copa del Rey, el Athletic Club fue derrotado en la final del Camp Nou por 3-1, mientras que la Liga de Campeones fue conquistada tras vencer en la final a la Juventus (3-1). El famoso tridente de la delantera, formado por cracks como Messi, Suárez y Neymar, imponía su ley en el fútbol nacional e internacional.
La temporada siguiente los éxitos continuaron, en este caso con la conquista del doblete estatal. La Liga se ganó después de un sprint final de cinco victorias consecutivas, mientras que en la Copa el Sevilla fue derrotado en una épica final que se resolvió en la prórroga (2-0). Finalmente, la campaña 2016/17, la última en el banquillo azulgrana, el Barça consiguió la Copa del Rey al derrotar en la final al Alavés por 3-1. La Liga se escapó, aunque se estableció un nuevo récord particular de más goles marcados, con un total de 116 en 38 jornadas. En cualquier caso, el balance final de Luis Enrique como entrenador del FC Barcelona fue espléndido, con un palmarés de nueve títulos (un Mundial de Clubes, una Champions League, una Supercopa de Europa, dos Ligas, tres Copas del Rey y una Supercopa de España) de trece posibles.
COMO JUGADOR...
Como futbolista, Luis Enrique jugó en los equipos del Xeitosa y La Braña, y, ya como profesional, el Sporting y el Real Madrid antes de llegar al FC Barcelona en el verano de 1996, con Bobby Robson en el banquillo. Lucho cambió el Bernabéu por el Camp Nou, pero su adaptación al Club fue tan rápida que pronto se convirtió en uno de los jugadores más queridos por la afición barcelonista, que siempre valoró tanto sus indestructibles pundonor y espíritu de lucha como su firme identificación con los colores azulgranas. Luis Enrique, que lució el brazalete de capitán, jugó en el Barça hasta el año 2004, y llegó a coincidir con jugadores que luego dirigiría, como Xavi Hernández y Andrés Iniesta.