30 años del 5-0 al Real Madrid

Cinco al Madrid. Lo hemos hecho más de una vez y hoy toca celebrar el 30 aniversario y en breves el 50 aniversario de dos de ellas. Este 8 de enero, y el 17 de febrero de 2024. Y en ambos casos, un mismo protagonista: Johan Cruyff. Si hace medio siglo el holandés lideró, desde el terreno de juego, el histórico 0-5 en el Santiago Bernabéu que sentenciaba la Liga 1973/74, hace tres décadas dirigía, desde el banquillo, a un equipo que, con Romário como figura, aplastó al eterno rival en el Camp Nou también con una manita de goles.

El 8 de enero de 1994 el Barça de Cruyff recibía al Madrid de Benito Floro en el Camp Nou, tras un doble enfrentamiento con el Sporting de Gijón en El Molinón resuelto con una derrota dolorosa en la Liga (2-0) y una victoria clara en la Copa (0-3). Aquella noche del sábado invernal, sin embargo, se desvanecieron las dudas y el Dream Team demostró que todavía andaba fino. Y de qué forma. El primer gol valió por todo el partido y quedó grabado para siempre en la memoria barcelonista: Romário recibió un pase de Guardiola de espaldas a la portería y, en un gesto inesperado, acompañó con el cuerpo el giro del balón con el pie derecho, rompiendo la cintura de Rafa Alkorta y encontrando el espacio a rematar, con el exterior del mismo pie derecho, lejos del alcance de Buyo. Una maravilla.

La sensacional jugada del delantero brasileño, bautizada como cola de vaca, llegó en el minuto 24 de partido para abrir la puerta de una goleada que se culminaría en la segunda parte. Ronald Koeman, de falta directa, clavó el segundo justo al inicio de la reanudación. El tercero y el cuarto llevaron la firma, de nuevo, de Romário, en los minutos 56 y 81: Nadal le asistió para el 3-0 y Laudrup, para el 4-0. Por último, Iván Iglesias, en el 86, puso la guinda tras el pase, precisamente, de o baixinho. De ese día ha quedado para siempre en la memoria azulgrana la imagen de Toni Bruins Slot, técnico ayudante de Cruyff, saliendo del banquillo y levantando la mano derecha, bien abierta.

Veinte años antes

El 5-0 de 1994 fue especialmente celebrado porque llegó a falta de poco más de un mes para que se cumplieran veinte años de la manita al Real Madrid más icónica en la historia culé: el 0-5 del 17 de febrero de 1974. Esa noche en el Santiago Bernabéu, con el dictador Francisco Franco agonizante y la Liga casi en el bolsillo después de 14 años de sequía, el sentimiento de liberación y gozo se extendió, incluso, más allá de la afición barcelonista . Porque el 0-5 que ese Barça, liderado por un holandés delgado y melenudo, clavó en casa del poderoso y eterno rival fue mucho más que un resultado deportivo contundente e incontestable. “Me sorprendió que, más que felicitarnos por la victoria, la gente nos daba las gracias”, manifestaría Cruyff en una entrevista para la televisión holandesa, tres años después.

También hacía frío en Madrid esa noche. Se jugaba la jornada 22 liguera y el Barça ya era líder destacado, con siete puntos de ventaja sobre el Atlético y nueve sobre el propio Real Madrid, y llegaba al Bernabéu con dieciséis jornadas seguidas sin perder. El partido era televisado, lo que significa que casi todo el mundo, en la España de mediados de los años setenta del siglo pasado, pudo ver cómo sobre el terreno de juego se confirmaba la superioridad azulgrana. Asensi, de cabeza, a centro de Marcial, abrió el marcador a la media hora de juego. Cruyff, asistido por Sotil y tras deshacerse de tres defensas, hizo el 0-2 con un disparo raso. A los ocho minutos de la segunda parte de nuevo Juan Manuel Asensi, en acción individual, clavó el tercero y, poco después, Juan Carlos, con un disparo bombeado que entró por la escuadra, firmó el cuarto. El quinto lo hizo Sotil, cabeceando una falta servida por Cruyff. Qué noche. Cuánta historia. 

El 0-5 del 17 de febrero de 1974

REAL MADRID: García Remón; Morgado, Benito, Zoco; Pirri, Rubiñán; Amancio, Velázquez, Macanás, Netzer y Aguilar (Santillana, 46’).

FC BARCELONA: Mora; Rifé, Torres, De la Cruz; Costas, Juan Carlos; Rexach, Asensi, Cruyff, Sotil y Marcial (Tomé, 70’). 

Goles: 0-1, Asensi (31’); 0-2, Cruyff (39’); 0-3, Asensi (52’); 0-4, Juan Carlos (65’); 0-5, Sotil (70’).

Juan Manuel Asensi

"El 0-5 en el Bernabéu de 1974 fue un partido muy bonito y muy bien jugado por nuestra parte. A la media hora de juego, hice el primer gol, a pase de Marcial. Poco después, cuando Johan hizo el segundo, nos sentimos más seguros y más dominadores de la situación. A partir de entonces, en la segunda parte, todo vino rodado y llegaron los goles: yo volví a marcar y también lo hicieron Juan Carlos y Cholito Sotil. La imagen que me ha quedado de ese día es la del público del Bernabéu aplaudiéndonos mientras entramos en el vestuario. Las diferencias que teníamos con los jugadores del Madrid se quedaban en el campo. La prueba es que después de haberles ganado 0-5, con el permiso del entrenador, varios jugadores del Barça fuimos al pub que tenía Benito en La Castellana. Recuerdo que montamos una tertulia, junto a otros jugadores del Madrid y la gente del pub. ¡Qué tiempos más diferentes!"

El 5-0 del 8 de enero de 1994

FC BARCELONA: Zubizarreta; Ferrer, Koeman, Sergi; Nadal, Guardiola, Amor; Goikoetxea, Bakero (Iván Iglesias, 75’), Romário i Stóitxkov (Laudrup, 47’).

REAL MADRID: Buyo; Paco Llorente, Alkorta, Sanchís, Lasa; Míchel, Milla (Butragueño, 54’), Prosinecki, Luis Enrique; Zamorano i Alfonso (Hierro, 25’).

Goles: 1-0, Romário (24’); 2-0, Koeman (47’); 3-0, Romário (57’); 4-0, Romário (81’); 5-0, Iván Iglesias (87’).

Iván Iglesias

"Después de treinta años, ese partido sigue muy presente en mi vida, sobre todo cuando voy a Catalunya y la gente me habla. Es normal: fue un Barça-Madrid con un resultado histórico, que repetía lo que veinte años antes se había logrado en el Bernabéu, con Johan en el campo. Yo tenía 22 años, acababa de llegar al Barça y se sentaba en el banquillo, junto al Txiki, comentándolo todo. Me vienen a la cabeza el mosaico, los 120.000 culés, el momento en que salí sustituyendo a Bakero… Y el gol, claro. Romário puso un pase profundo, entre el central y el lateral, que me dejó solo ante Buyo y le superé por debajo de las piernas. Imagine la alegría: era el 5-0. Lo que hizo que Toni Bruins dejara esa imagen icónica con la mano abierta. Me siento muy afortunado de haber formado parte de ese equipo y de haber aprendido de Johan. Su legado quedará para siempre."