110 años del debut de Paulino Alcántara
Paulino Alcántara Riestra marcó 395 goles en 399 partidos (oficiales y amistosos) con la camiseta azulgrana y es el segundo máximo goleador absoluto de la historia del Barça por detrás de Leo Messi. Delgado y de apariencia débil, tenía sin embargo un disparo potentísimo. De hecho, a partir del año 1922 fue conocido con el apelativo del “rompe-redes” porque en un partido con la selección española agujereó la red rival con un terrible disparo.
Su extraordinaria capacidad goleadora, unida a su pintoresca figura, de rostro moreno y serio con el pañuelo blanco destinado a secarse el sudor colgando del pantalón, le convirtió en el primer jugador verdaderamente popular de la historia del FC Barcelona. Además, Alcántara tiene la particularidad de ser el primer futbolista del Barça en escribir unas memorias, algo que hizo en 1924 cuando todavía era jugador en activo.
Alcántara nació en Iloilo (Filipinas) el 7 de octubre de 1896, hijo de filipina y de un militar español del ejército colonial. En 1899 llegó con sus padres a Barcelona. A pesar de sus carencias físicas, de pequeño empezó a jugar al fútbol y a demostrar sus enormes cualidades. En 1910 ingresó en el equipo infantil del FC Barcelona, donde deslumbró al presidente Joan Gamper con sus goles. Cabe decir que el jovencito delantero filipino sabía sobreponerse a su precaria constitución con un enorme espíritu de sacrificio y una férrea profesionalidad. Él ya tenía muy claro que de mayor quería ser médico y estaba empeñado en desmentir a los doctores que no hacía mucho le habían dicho que no tenía cuerpo para la práctica del fútbol.
Un debut de récord
Así, el 25 de febrero de 1912, con sólo 15 años de edad, ya debutó con el primer equipo en el partido del Campeonato de Catalunya disputado en el campo de la calle de la Indústria frente al Català Sporting Club. El autogestionado equipo azulgrana (el Barça no tuvo entrenador hasta 1917) estaba formado por Peris, Irízar, Lorca, Rozitsky, Lambe, Wilson, Berdié, Alcántara, Summer, Massana y Espelta. El conjunto azulgrana tenía como figuras más destacadas al barcelonés Alfred Massana y al polaco Walter Rozitsky, aparte de Domènec Espelta y Enrique Lorca, dos 'sportmen' de la época capaces de compaginar el fútbol con el atletismo, la gimnasia y la equitación.
Aquel debía ser un choque sin historia, dada la enorme diferencia de categoría entre ambos equipos, pero los pocos cientos de aficionados que se acercaron a la calle de la Industria se preguntaban curiosos quién era aquel adolescente ennegrecido y esquifito que parecía perdido entre tantos deportistas acostumbrados. Lo supieron en breve. El partido acabó con una abrumadora victoria azulgrana por 9-0, con tres goles de ese chiquillo filipino que chutaba como nadie. Alcántara repitió hat-trick en el segundo y tercer partido que jugó con el Barça. Y eso sin ser delantero centro, puesto que su posición natural era la de interior izquierdo, donde podía arrancar desde atrás para enganchar sus terroríficos disparos. Cuando llevaba 19 goles en 10 partidos, un periodista deportivo escribió sobre él: “Alcántara es un chico que promete y pronto será un elemento imprescindible en el equipo”. No se equivocó en absoluto.
El regreso más esperado
En 1916 se marchó a Filipinas para estudiar Medicina, pero a finales del año siguiente recibió un telegrama del FC Barcelona rogándole que volviera al equipo, ya que éste sufría una grave crisis deportiva desde su ausencia. El 28 de abril de 1918, después de dos meses de viaje en barco, Alcántara llegaba a Barcelona, donde le esperaba con los brazos abiertos.
Decidido a dedicarse plenamente a la Medicina (desde mediados de los años veinte compaginó sin problemas las profesiones de médico y futbolista), el “rompe-redes” colgó las botas el 3 de julio de 1927 después de haber ganado con el equipo barcelonista cinco Campeonatos de España y diez Campeonatos de Catalunya. Aquel día el FC Barcelona y la selección española jugaron en un campo de Les Corts a rebosar un partido de homenaje y despedida a Alcántara. El once azulgrana lo formaron Platko, Walter, Muntaner, Bosch (Arocha), Castillo, Carulla, Piera, Samitier, Sastre, Alcántara y Sagibarba. Era el mítico Barça de la Edad de Oro.
Vinculado al Club para siempre, fue directivo barcelonista en los años 1931-34 y presidente de la Agrupación de Antiguos Jugadores del FC Barcelona en 1959. Cinco años después, el 13 de febrero de 1964, el doctor Paulino Alcántara murió en la Ciudad Condal. Está enterrado en el cementerio de Les Corts, junto al Camp Nou. En el 2007 la FIFA le nombró mejor futbolista asiático de todos los tiempos.
