Los datos definitivos de Messi en las categorías inferiores
Antes de convertirse en el mejor jugador de todos los tiempos, Lionel Andrés Messi Cuccittini pasó por las categorías inferiores del FC Barcelona hasta que dio el salto al Barça B, el penúltimo escalón antes de subir al primer equipo. Procedente de Argentina, un joven de Rosario de 12 años que jugaba en Newell’s había llamado la atención del FC Barcelona. Su pequeñez física contrastaba con su enorme capacidad de regatear rivales sin cesar, de manera veloz, con descaro y sin perder casi nunca el balón. Era muy menudo físicamente, pero con el balón se agrandaba y era una auténtica pesadilla para los rivales. No dejaba indiferente a nadie. Y no era de extrañar que los entrenadores adelantaran su proyección año tras año.
Tal era su importancia en los equipos que quemó etapas de manera precoz. Aunque los inicios no fueron nada fáciles, Leo tenía claro que quería triunfar a toda costa en el FC Barcelona. Cruzó el charco procedente de Argentina con un objetivo claro y no lo iba a dejar escapar al primer contratiempo que se le presentara. Primero, tuvo la paciencia para esperar que llegara el transfer para poder jugar partidos oficiales y, aunque entrenaba con el Infantil A de Rodolfo Borrell, al final debutó con el Infantil B. Y lo tuvo que hacer en ese preciso momento, para que se le habilitara jugar en las categorías inferiores estatales, ya que era extracomunitario menor de edad. Si no lo llega a hacer, no hubiera podido jugar ningún partido oficial con el FC Barcelona hasta cumplir los 18 años.
El debut oficial
Al fin, el 7 de abril de 2001 llegó el día. Y en su primer partido oficial en las categorías inferiores culers demostraría de lo que era capaz marcando un gol, con el dorsal ‘9’ en la espalda, en la victoria ante el Amposta por 0-3. Pero al cabo de siete días se volvió a torcer todo. Era el segundo partido de Messi con la camiseta azulgrana. El Infantil B se enfrentaba al Tortosa en casa y, aunque el equipo ganó 5-1, Messi se tuvo que retirar muy pronto por una fractura del peroné.
El golpe fue muy duro. Pero arropado en Barcelona por su padre, Jorge Messi, y también por el Club, Messi no bajó los brazos y dejó claro que su sueño era triunfar en el Barça. Tras unos meses de recuperación y viendo a sus compañeros desde la grada y con muletas, Leo superó la lesión y en la siguiente temporada empezó entrenando con el Infantil A, pero rápidamente subió al Cadete B de Tito Vilanova, que se hizo cargo del equipo en enero del 2002 tras sustituir a Albert Benaiges. Aunque Messi aún tuvo que esperar unos meses para poder jugar partidos oficiales por temas burocráticos... Tuvo la paciencia necesaria y al final pudo jugar 10 partidos oficiales en los que marcó 9 goles. Era una máquina.
Deslumbra en el Cadete A
La siguiente temporada fue muy especial. Alex Garcia, el entonces entrenador del Cadete A, fue el único técnico del fútbol base que disfrutó de Messi toda una temporada entera. Fueron 31 partidos en los que Leo Messi asombró a técnicos, jugadores, rivales y aficionados. Marcó 38 goles, de los que destacan cuatro hat-tricks, un póquer y nueve dobletes. Los datos hablan por sí solos. Aunque no serían solo los goles, si no cómo los marcaba y, sobre todo, cómo jugaba. Porque Messi siempre ha sido Messi. Ese Cadete A ganó la Liga y la Copa Catalunya, final en la que Messi dejó otra muestra de su grandeza.
El crack argentino se había roto el pómulo en las últimas jornadas de Liga y para poder jugar esa final tendría que hacerlo con una máscara protectora en la cara, la misma que llevaba Carles Puyol, entonces en el primer equipo, quien había sufrido la misma lesión. Messi se la puso y a los siete minutos le dijo al míster que se la quitaba porque no podía respirar bien. Antes del minuto 45 ya había marcado dos goles y el resultado era de 3-0 ante el Espanyol. Indescriptible. Esa final terminó 4-1, con el equipo azulgrana levantando el título.
El año de los cinco equipos
En ese temporadón Leo dejó alucinados a todos los técnicos. Debutó con el Juvenil B en la pretemporada de agosto de 2003. Y en ese curso lo dinamitó absolutamente todo. Porque nadie había sido capaz hasta el momento de jugar en cuatro equipos distintos en una misma temporada siendo juvenil de primer año.
Esa pretemporada con el juvenil B llamó la atención del técnico del Juvenil A, entonces Juan Carlos Pérez Rojo, quien se lo llevó en la jornada 2 de la Liga de la División de Honor Juvenil para hacerle debutar ante el Hércules. Messi no marcó, pero hizo un buen partido que terminó en victoria por 3-0. Leo se quedó en el Juvenil A y devolvería la confianza de los técnicos en el campo. En octubre hizo un póquer de goles ante el Nástic de Tarragona en la goleada por 0-7, y dos semanas más tarde, un hat-trick en el 8-1 ante el Granollers.
La irrupción del argentino era tal que llamó incluso la atención del primer equipo, que necesitaba jugadores de la base para jugar un amistoso ante el Oporto en la inauguración del Estadio Do Dragao. Fue el 16 de noviembre de 2003 y Leo Messi debutó con el primer equipo con 16 años y 145 días.
La progresión siguió y rápidamente debutó con el Barça C, dirigido entonces por Pep Boada. Fue el 29 de noviembre de 2003 y el Barça C ganó al Europa por 2-1. Leo jugó los 90 minutos. No vio portería en el primer partido con el C, tampoco en el segundo, en el que jugó los 90 minutos en la victoria ante el Vilassar de Mar (2-1). Pero en el tercero, ya más suelto, se encargó de ser él mismo. Marcó un hat-trick espectacular en el campo de la Gramanet B para conseguir los tres puntos en un partidazo que el Barça C perdía por 2-1 en el minut 88, pero dos goles del crack argentino en dos minutos, en el 89’ y el 90’, dieron la victoria a los culés (2-3).
Era un jugador distinto. Y tras 11 partidos con el Barça C le llegó la oportunidad del Barça B, dirigido entonces por Pere Gratacós. Fue el 6 de marzo de 2004 y jugó los 90 minutos en la victoria por 1-0 ante el Mataró en el Miniestadi. En ese tramo final de temporada Messi jugó seis partidos con el Barça B, mientras alternaba actuaciones con el Juvenil A, el Barça C e incluso el Juvenil B.
Campeón de Liga con el Juvenil B
De esta forma, Leo Messi bajó para jugar con el Juvenil B en las últimas tres jornadas de Liga. Llegaba el derbi y si el Juvenil B del Espanyol ganaba se proclamaba campeón. Pero Messi se encargó de liquidar el partido y el Juvenil B azulgrana ganó por 1-3 a domicilio y no solo privó al Espanyol de conquistar la Liga, sino que puso líder a los culés. Un 7-0 ante el Mercantil la semana siguiente y un 0-1 contra el Lleida en la última jornada dieron el título liguero al Juvenil B del FC Barcelona.
“Si por la mañana había jugado con el Barça B, después iba a ver al Juvenil. Y si había jugado con el Juvenil, iba a ver al Barça B. Todos eran sus equipos y tenía amigos en todos los vestuarios. Él lo que quería era competir y ver fútbol. Quería jugar, aprender, mejorar, competir y superarse cada día. Es un ganador nato”, recuerda Pere Gratacós, extécnico del Barça B que entrenó a Messi durante las temporadas 2003/04 y 2004/05.
En total jugó 37 partidos oficiales en la temporada 2003/04 con el Juvenil B, Juvenil A, Barça C y Barça B, más un amistoso con el primer equipo, y marcó un total de 35 goles. Una auténtica barbaridad. Messi terminó la temporada jugando la Copa del Rey Juvenil, y aunque no logró clasificarse para la final tras caer ante Osasuna, el equipo hizo un gran torneo y Messi se exhibió. Un póquer de goles contra el Sevilla y un doblete ante el Osasuna en la ida de semifinales fueron dos de sus actuaciones memorables. Además, para finalizar esa temporada, el rosarino también debutó con la selección sub-20 de Argentina, con la que jugó dos partidos y anotó tres goles.
Alterna el filial con el primer equipo
En la 2004/05 Messi se convirtió en jugador del Barça B a todos los efectos. Y esa temporada el crack argentino alternó los entrenamientos y partidos del filial azulgrana con los del primer equipo. Frank Rijkaard ya le había puesto el ojo encima. Y el objetivo del primer equipo estaba más cerca. Leo jugó 17 partidos con el filial, en los que marcó seis goles, y 9 partidos con el primer equipo. Debutó en el campo del Espanyol en Montjuïc y en la última jornada de Liga en el Camp Nou, un 1 de mayo de 2005, marcó su primer gol de azulgrana. El primero de los más de 600 que ya ha celebrado en el Estadi.
“Era muy rápido físicamente, pero también mentalmente. Cuando él tomaba una decisión, el rival aún no lo había ni pensado”, destaca Gratacós a la vez que explica dos momentos importantes con el filial: “Hay dos partidos en los que Messi dejó boquiabiertos a los aficionados del Mini. En el derbi ante el Espanyol que ganamos 2-0, Leo se exhibió y marcó un golazo. Y en la última jornada de la 2004/05, que ganamos 4-0 al Osasuna, Messi hizo un recital de fútbol y lo cambié en el minuto 87 para que el Mini lo aplaudiera. Se merecía despedirse del Mini con una ovación”.
Estrella en el Mundial sub-20 y recital en el Gamper
Su proyección era tal que en verano de 2005 fue la estrella del Mundial sub-20 que se disputó en Holanda. El mundo quedó maravillado con la actuación del crack argentino que lideró a la selección con seis goles. Marcó en la fase de grupos, en octavos ante Colombia, en cuartos ante España, en semifinales ante Brasil, y también en la final: doblete para doblegar a Nigeria. Campeón del Mundo sub-20 y Balón y Bota de Oro del campeonato para la estrella de Rosario.
Tras esa estelar actuación llegó el Gamper de 2005 ante la Juventus y Messi dejó para la historia su primer recital en el Camp Nou. El mundo quedó maravillado por esa actuación y, desde ese momento, Messi pidió paso para quedarse por siempre en el primer equipo. A partir de ahí, la historia es conocida. Más de 600 goles, 34 títulos, 6 Botas de Oro y 6 Balones de Oro. Capitán y leyenda del FC Barcelona. El mejor jugador de todos los tiempos.
