EN PRIMERA PERSONA: José Edmílson
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Hoy es un día especial. Este 17 de mayo se cumplen 14 años de una noche mágica en París, 14 años de uno de los mejores momentos de mi carrera y también de la historia del Barça. El 17 de mayo de 2006, ganamos la Champions ante el Arsenal y devolvimos la felicidad a todo el barcelonismo. Es un recuerdo imborrable; después del Mundial de 2002, la Liga de Campeones con el FC Barcelona es la mayor conquista de mi carrera.
Edmílson formó parte del 11 titular que disputó la final de París ante el Arsenal
De hecho, la celebración posterior y la importancia fue muy parecida a la del Mundial. Tengo aún en mi cabeza el recorrido desde Colón hasta que llegamos al Camp Nou. Todas las calles por las que pasamos estaban repletas de gente llena de felicidad, fue impresionante. Recuerdo la alegría de gente como Chema y Antonio, los utilleros del equipo, que después de mucho tiempo lograban ganar una Liga de Campeones. ¡Qué momento!
Además, de la manera en la que la ganamos y ante un equipo muy fuerte que seguramente también merecía ganarla. Fue una experiencia única. He jugado casi 10 años en Europa, de los cuales en nueve de ellos participé en la Champions, así que ganarla es una sensación importantísima… y ganarla con el Barça, un sentimiento distinto. Único.
Edmílson, uno de los jugadores que tiene el honor de haber ganado la Champions y el Mundial
Por aquel entonces ya comenzaba a despuntar un joven argentino que aún hoy en día, 14 años después, sigue defendiendo la camiseta azulgrana. Particularmente, yo ya veía a Messi distinto: era un chico extremadamente fuerte de mentalidad y además tenía una calidad que había visto en muy pocos sitios. Cuando llegué al Barça y vi a un chaval de 17 años que entrenaba con nosotros, con esa manera de controlar el balón… A veces puedes tener un gran talento, una gran técnica, ser rápido o goleador, pero si no tienes una buena mentalidad, no será fácil. Hay que saber controlar la fama, la ansiedad, el dinero, el prestigio. Pero Leo ya era muy fuerte mentalmente.
Hacen mucha comparación entre Messi y otros grandes jugadores, pero cada uno tiene su momento, su generación y su tiempo. Pero cuando un jugador ha sabido controlar todo tanto dentro como fuera del terreno de juego durante tanto tiempo, eso es lo que marca la diferencia con el resto de grandes cracks. Leo ha sido grande más de 10 años, como Pelé, pero otros como Maradona estuvieron a un gran nivel durante tres o cuatro años. Ahí es donde Messi marca la diferencia. Un chaval que llega al primer equipo y tenía delante a Eto’o, a Ronnie, a Henry… supo esperar a su momento. Es parecido a lo que les pasó a Xavi e Iniesta: en aquella época no jugaban muy a menudo porque estaba Deco, Van Bommel, Motta o yo mismo. Supieron esperar su momento.
Edmílson coincidió con Messi durante los inicios del crack argentino
Recuerdo un gol espectacular de Leo cuando yo ya estaba en Zaragoza. Jugué la primera parte pero el gol lo marcó en la segunda. Y gracias a Dios que ya no estaba en la segunda parte, ¡sino me hubiese driblado a mí también! Lo vi desde el banquillo y fue un gol excepcional: muchos gestos técnicos, cambios de ritmo y dirección, fuerza y una gran definición con mucha tranquilidad. Al día siguiente en el vestuario comentamos lo mismo que seguro que han pensado todos los rivales a los que se ha enfrentado: no hay manera de parar a este jugador.
"Messi lleva más de 10 años siendo el mejor y eso lo diferencia del resto de cracks"
“ José Edmilson
Volviendo a mi etapa como azulgrana, llegué a Can Barça con 28 años, con experiencia, para unirme a un proyecto muy bonito y jugar con grandes jugadores. Realicé el sueño de jugar en Barcelona, de poder vestir una camiseta tan significativa dentro del fútbol mundial. Estaban montando un gran equipo para ganar títulos y cambiar la historia, y a partir de la temporada 2004/05 todo empezó a mejorar en el Club. Personalmente, pero, no fue fácil. Mi debut se vio atrasado tres jornadas a causa de una suspensión que arrastraba de la Liga francesa, y además, me lesioné de la rodilla a los cinco partidos. Fue una frustración enorme, ya que sabía que estaría aquí solo cuatro años y quería aprovecharlo.
Las lesiones fueron un gran impedimento en la carrera del brasileño en el Barça
El curso siguiente, ya recuperado y con confianza, fue la temporada que conseguí jugar más. Ganamos la Liga y la Champions y entré en la lista de la selección de Brasil para el Mundial de Alemania 2006 donde casi no había sitio, ya que estaba repleto de grandes jugadores, pero entré a última hora. Lamentablemente, me lesioné en la rodilla y me quedé sin disputarlo. Una lesión que me trajo muchas recaídas…
Finalmente dejé el Barça en 2008. Esta generación podría haber terminado mejor, a pesar de que ese año llegamos a semifinales de Champions. Pero un club grande siempre tiene que ganar al menos un trofeo cada año. Soy partidario de que el club permanece por siempre y los jugadores y entrenadores van pasando. En cinco años debe haber cambios, debe llegar gente nueva. Se formó una polémica por unas declaraciones mías diciendo que en el equipo había “ovejas negras”, pero fue porqué se malinterpretó mi mensaje. Quizás podría haber utilizado otras palabras, no quise referirme a nadie en concreto. Me refería a que el grupo vivía un momento difícil como familia, y en todas las familias siempre hay gente de distintos pensamientos y distintos hábitos. Hablé con Rijkaard y los capitanes y me disculpé por no haberlo dicho internamente. Pero no se enfadaron. No me arrepiento, pero posiblemente podría haberlo dicho con otra frase.
Edmilson y Rijkaard dejaron el Barça en 2008 después de ganar cinco títulos juntos
En 2008 dejé el club, pero siempre me quedará una espinita clavada por no haber podido jugar en el Barça de Guardiola. Conseguí jugar cuatro años en el FC Barcelona pero realmente sólo uno a mi nivel, al nivel que había tenido durante toda mi carrera antes de llegar aquí. Creo que podría haber estado más años y coincidir con Pep, pero las lesiones me lo impidieron. Cuando él llego, se escribió una nueva página no sólo en la historia del Club, también del futbol mundial.
Yo tenía unas características muy interesantes para el juego que proponía Guardiola y seguramente podría haber participado en aquel Barça 2008/09, el mejor equipo del mundo. Me quedó ahí una interrogación. Esa manera de jugar, de salir desde atrás… el central tiene oportunidad de salir jugando, crear la jugada, y era algo que me gustaba mucho hacer cuando jugué de central en el Lyon. Me encantaba y es una lástima no haber tenido la oportunidad de participar, de haber podido ser parte de ello. Hay una manera de salir jugando desde atrás antes y después del Barça de Guardiola. También la función de portero ha cambiado con la forma y la identidad del juego. Yo jugué con Víctor Valdés y lo vi jugando conmigo de una manera y luego con Pep de otra, el ataque empezaba por él. Para un futbolista que le gusta tener el balón, hacer un juego bonito es una maravilla.
Seguramente en ese Barça, Pep me hubiese visto más como central que no como mediocentro defensivo. Los cuatro años que jugué en Lyon los jugué de central derecho, no de pivote. El Barça me fichó porque Rijkaard me vio jugar de mediocentro en un partido en Brasil, en Belo Horizonte, donde ganamos a Argentina por 3-1 con un hat-trick de Ronaldo Nazario, y también en un amistoso en el Camp Nou contra la selección de Catalunya. Pero en el Mundial que ganamos en 2002 jugué como líbero, de tercer central, aunque a veces de pivote defensivo.
Hablando de Brasil y del Mundial, he de decir que aquello fue el mayor éxito de mi carrera, algo inigualable. Brasil vivía un gran momento, del 1994 al 2002 fueron tres finales de Mundial disputadas, dos de ellas ganadas y en una de ellas pude estar presente. Hoy en día se ha perdido un poco el tema del sentimiento de ir a la selección e ir a un Mundial, pero para nosotros sabemos de la importancia de jugar en la selección, era un sueño para todos los niños brasileños. No sé si es porque ahora hay muchos partidos, el calendario está demasiado apretado o qué, pero no es lo mismo. Pero todos los brasileños de aquel equipo como Ronaldo, Rivaldo, Cafú, Roberto Carlos o Ronaldinho, siempre soñaron con jugar un Mundial con Brasil. Es algo que como brasileños estamos perdiendo año a año y es una pena. Pero para mí fue sin duda el sueño de mi carrera. Jugar un Mundial y ganarlo es un sueño hecho realidad desde niño.
Una de las cosas más bonitas de ese Mundial fue la unidad entre todos los jugadores, casi 52 días juntos: desde un partido amistoso en Catalunya, hasta Malasya en pretemporada, y luego ya a Corea y Japón. Conseguimos tener un grupo muy cerrado, convencidos de lo que queríamos conquistar, queríamos ganar y marcar la historia para nuestro país y para nosotros después de haber perdido la final del 1998 ante Francia.
Brasil se proclamó campeona del mundo en 2002 en un equipo donde estaban los exculés Ronaldinho, Rivaldo, Ronaldo, Edmilson y Belletti - FIFA.com
Tengo infinidad de anécdotas de aquel Mundial, pero voy a explicaros una de mis favoritas. Eran los cuartos de final contra Inglaterra. Ronaldinho -después de marcar un golazo que nos acabaría clasificando para semifinales- es expulsado a los 20 minutos de la segunda parte cuando íbamos ganando 1-2. Edilson entra en el lugar de Ronaldo Nazario, y Luizao, que estaba en el banquillo, pensaba que era él quien debía entrar. Al final del partido, todos estábamos contentos celebrando la victoria y Luizao con cara de cabreado porqué Scolari sacó a Edilson y no a él.
Al día siguiente tocaba recuperación. Algunos iban a entrenar, otros al jacuzzi, otros a la piscina. Scolari pidió a todos los jugadores que nos metiésemos dentro de un jacuzzi a casi 40 grados, y se fue con Luizao a pedirle explicaciones por su enfado del día anterior. Nos dejó encerrados en el jacuzzi durante casi 40 minutos, y cuando se dio cuenta, ¡los jugadores estaban ya casi desmayados! La gente empezó a pasarlo mal, sudando. Cuando se dio cuenta, vino rápidamente el preparador físico a decir “míster, hace ya 40 minutos que están ahí dentro”, y Scolari le respondió: “bueno, que se queden ahí una hora para que aprendan todos”.
Fue un tema que luego arreglamos ahí, Luizao dijo que se había comportado mal porqué no solo no había respetado al entrenador sino también al compañero. Una de las claves de aquel Brasil campeón del mundo, aparte de la indudable calidad del equipo, fue la manera en la que Scolari supo organizar y gestionar los egos de todos los jugadores.
En aquella época, aún estaba en el Olympique de Lyon, y me gustaría también hablaros un poco de mi trayectoria en Francia. Después de jugar cinco años en el Sao Paulo, en el año 2000 llegué al Lyon. Yo tenía ya una propuesta cerrada con el Arsenal, pero por temas de pasaportes y porcentaje de jugadores extranjeros, Wenger decidió dejarlo pasar y yo me decidí por la propuesta del Lyon. No dude dos veces porqué quería nuevos aires y conquistar Europa. Allí conseguí algo inédito: el Lyon nunca había ganado la Liga Francesa y logramos ganar tres seguidas.
Edmilson jugó en el Olympique de Lyon del 2000 al 2004 - FOTO: Ligue1.com
En mi llegada a Francia hay un jugador -precisamente compatriota mío y también exazulgrana- que me ayudó mucho en Lyon. Se trata de Sonny Andersson. Yo llegué con 23 años y recién casado, y no es fácil acostumbrarse a una nueva cultura y un nuevo estilo de juego. El Olympique construyó prácticamente un equipo desde cero, y la importancia de Sonny en mi éxito en Francia fue crucial, era un jugador ya con experiencia y que justo acababa de salir del Barça.
Otro compañero que recuerdo con especial cariño de mi época en el OL es Juninho Pernambucano. Marcaba golazos de falta desde todos los sitios… ¡Qué barbaridad! Desde 30 o 40 metros, des del lateral como el que le marcó al Barça en la Champions el 2009, marcaba desde cualquier sitio. Es el jugador más completo que he visto tirando faltas, incluso más que Messi. Hay algunos jugadores que tiran bien desde cerca, pero él desde donde sea, es el mejor cobrador de tiros libres. Recuerdo un gol en Múnich contra el Bayern. Estaba muy lejos, casi 40 metros. Le dije: “Está muy lejos, deja que yo tire fuerte”. Él, confiado, me contestó: “No no, está bien para mí”. Yo estaba justo detrás cuando corrió para chutar, y el balón hizo una trayectoria impresionante. La clavó, qué golazo.
Volviendo a la actualidad, ahora mi vida es algo distinta. Tengo la Fundación Edmílson, la cual existe desde hace 15 años, y tenemos un convenio con la Fundación Barça, con la que hemos colaborado mucho con varios proyectos. La Fundación del FC Barcelona hace un trabajo formidable por todo el mundo, estuve durante dos años viajando por América Latina con el proyecto Futbolnet y es algo único. Ningún equipo en el mundo hace algo así. Quizás los socios y aficionados del Barça no conocen mucho la Fundación, pero hace una gran labor por todo el mundo, ayudando a niños desfavorecidos a tener valores a través del deporte.
Además, participo con los Barça Legends desde que se inició el proyecto. Para nosotros es bueno practicar deporte y encontrarse con viejos amigos, antiguos compañeros de profesión. Jugadores que hemos jugador juntos en la selección y en otros equipos. También soy presidente de un club de formación llamado Futebol Clube Ska Brasil, un club que se inició en junio y fui quien presentó la metodología y todo lo que queríamos hacer. Soy el presidente del club con inversores japoneses, y después de vivir en Barcelona durante dos años y medio (desde 2017 hasta finales de noviembre del 2019), ahora he vuelto a Brasil y estoy trabajando para poder formar jugadores brasileños. También colaboro con la Barça Academy de Sao Paulo, donde soy embajador. Es un nuevo proyecto del Barça en Brasil.
José Edmilson, durante un partido con los Barça Legends ante el Manchester United
¿Ser entrenador? Me saqué el carnet para ser entrenador en Brasil, pero de momento no me gusta mucho, prefiero trabajar con los jóvenes. En Brasil debemos prestar mucha atención al tema de formación de carácter antes que la formación de atletas, para que así después, cuando tengan mucho dinero, no tomen decisiones equivocadas en la vida. Talento ya hay por todos los sitios, pero debemos tener esta parte psicológica, de asistente social. Es importante hacerlo con los jóvenes brasileños.
En definitiva, ha sido un placer poder hablar con vosotros en un día tan especial para el barcelonismo. Muchas gracias a todos y ahora esperemos que todo pueda volver a la normalidad lo antes posible.
Desde Brasil, os mando un abrazo muy fuerte para todos, culés
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