Es el pichichi de la OK Liga (38 goles), el de la Liga Europa (11) y, como es de esperar, del equipo (53 tantos en solo 37 partidos). Y el hombre gol echa de menos un hockey que, hoy por hoy, sólo puede practicar en el patio de casa con sus dos hijos. Pocos días después de ver finalizada la temporada, Pablo Álvarez destaca que "nos hubiera gustado ganar el título en la pista, pero también es una decisión justa porque reconoce que hemos hecho una temporada increíble".
"Es una lástima que se haya acabado porque sentimos que nos han cortado las alas; nos quedaba mucho por dar", subraya el argentino en una entrevista en fcbarcelona.es. El '7' azulgrana hace referencia al buen juego del equipo. "Cada temporada nos vamos superando y estábamos en un gran estado de forma, jugando con mucha libertad y alegría".
Sobre las cifras goleadoras, Álvarez asegura que revalidar la condición de pichichi "es una alegría y un orgullo increíble". Señal, pues, que está cumpliendo con lo que se espera de él: "Es mi trabajo, soy delantero y tengo más opciones de hacer goles, estoy totalmente agradecido a mis compañeros".
El máximo goleador histórico de la OK Liga tiene un especial recuerdo del partido jugado en Caldes de Montbui, donde llegó a la cifra redonda de 500 tantos. "Fue una sorpresa muy bonita y es un hecho importante porque no es fácil marcar tantos goles, es un trabajo muy duro y espero seguir unos cuantos años más para seguir ampliando registros", afirma.
Aprovecha el confinamiento para hacer un curso de entrenador
Aparte de mantener el contacto con el stick y la bola en el patio de su casa, Pablo Álvarez está aprovechando el confinamiento para hacer el curso de entrenador de la Federació Catalana de Patinatge: "Ya hace años que lo quería hacer, pero nunca podía porque coincidía con los partidos de los fines de semana". "Estoy aprendiendo muchísimas cosas. Uno a veces piensa que lo sabe todo como jugador, pero transmitir los valores a los niños es totalmente diferente".