30 años de la primera Copa de la Reina

El 26 de junio de 1994, cuando se llamaba Club Femenino Barcelona y todavía no era una sección apadrinada por el Club, el fútbol femenino azulgrana conquistó su primer título oficial estatal, la Copa de la Reina. El primer título de la historia del CF Barcelona, ​​la Copa Generalitat, se había ganado nueve años antes, en 1985.

El Club Femenino Barcelona llegó a la final de la Copa de la Reina de 1994 después de eliminar al Espanyol, el Cornellà y el Sabadell. El decisivo partido se jugó el 26 de junio ante el Oroquieta Villaverde de Madrid en la localidad también madrileña de Las Rozas. Para colmo, el árbitro Megía Dávila también había nacido en la capital de España. 

Unos 400 espectadores, con mayoría clara a favor de la Oroquieta, presenciaron el encuentro, jugado bajo un calor sofocante en el estadio de Navalcarbó. A priori el conjunto azulgrana no era ni mucho menos el favorito ante el campeón de Liga 1993-94, competición en la que las azulgranas habían quedado terceras a ocho puntos de las madrileñas. Sin embargo, El CF Barcelona desmintió todos los pronósticos, ya que venció por un merecido 2-1.

Mejor situado sobre el campo que su adversario, el CF Barcelona se llevó la Copa con toda justicia, lo que al inicio del partido Megia Dávila le sacó tarjeta roja a Mari Ángeles, defensa azulgrana, por haber hecho una butifarra tras ser insultada por una jugadora rival. Sin embargo, el Barça Femenino se sobrepuso con los goles de Olga Huertas, en el minuto 16, y de África Ocaña, de penalti, en el minuto 35. Mari Mar acortó distancias al inicio de la segunda mitad y, ya en el descuento, la propia delantera de la Oroquieta -entonces considerada la mejor jugadora de España- dispuso de un penalti. La portera del Barça, Roser Serra, lesionada en un pie prácticamente desde el inicio del encuentro, apeló a la heroica: el lanzamiento de Mari Mar, raso y ajustado al palo, parecía imposible detener, pero Roser se lanzó con un estirón felino y con el pie herido desvió el balón a córner. Se evitaba así la prórroga y prácticamente la derrota segura de las azulgranas, que después de noventa minutos de lucha continuada con una jugadora menos y un calor insoportable estaban al límite de sus fuerzas. 

A modo de anécdota, tras la heroicidad de Roser, el Oroquieta dio un gran susto, porque cuando se lanzó el córner las jugadoras azulgranas todavía estaban en el suelo abrazando a su portera. Por suerte la jugada finalizó sin consecuencias y poco después terminó el partido. El Barça era campeón de la Copa de la Reina y la exultante capitana Kety Pulido pudo levantar el trofeo entre la euforia de sus compañeras.

Quedan para la posteridad los nombres de ese equipo de campeonas que entrenaba Luis de la Pena: Roser Serra, Ana García Ani (Marina Millán), Kety Pulido, Mari Àngels Grau, Olga Huertas, Àfrica Ocaña, Maria Isabel Martín Isu, Carolina Juliench, Esther Inglés (Ariadna Vinyoles), Maite Datzira y Mari Carmen Arias.

Aquellas afortunadas jóvenes deportistas llegaron a Barcelona al día siguiente de madrugada y lo primero que hicieron fue un gesto que las honraba: se trasladaron al domicilio de Nuria Llansà, la máxima responsable del Club Femenino Barcelona, ​​para ofrecerle el trofeo, sin que ella estuviera enterada de tan inesperada visita. Llansà no había podido asistir a la final por culpa de una inoportuna enfermedad.

Casualmente, justo ocho años después, el 26 de junio de 2002, el Club Femenino Barcelona pasó a ser oficialmente una sección más del Club, con el nombre de FC Barcelona Femenino. En verano de 2015 la sección pasó a ser profesional y ahora ya acumula treinta y siete títulos oficiales, ejerciendo actualmente su implacable dominio tanto en España como en Europa.