Así se ejercita el Barça B y el Fútbol 11 Formativo durante el confinamiento
Silencio. Silencio. Y más silencio. Esto es lo que se ha apoderado de la Ciudad Deportiva Joan Gamper desde que se cerraron las puertas a raíz de la suspensión de entrenamientos y de la competición por la crisis del coronavirus. También el silencio se ha apoderado de La Masia, cerrada sin ninguno de los residentes, confinados cada uno con sus respectivas familias.
Acostumbrados a un movimiento permanente, las instalaciones del FC Barcelona se han quedado sin deportistas, obligados a continuar con la preparación física en sus domicilios. El Barça B, que justo se había colocado segundo en la clasificación del Grupo 3 de la Segunda División B después de la excelente remontada ante el Llagostera en el último partido en el Estadio Johan Cruyff (3-2), ha visto parada su actividad física como el resto de los equipos y ha tenido que adaptar la preparación.
En este sentido, desde el departamento de rendimiento a través de los preparadores físicos del Barça B, Marc Guitart y Dani Romero, y el resto del staff, los jugadores reciben unas rutinas de fuerza y metabólicas que deben realizar en sus domicilios. El objetivo es intentar que la forma física disminuya lo menos posible a pesar de los condicionantes negativos que hay actualmente.
Los jugadores se ven obligados a no salir de casa por las medidas de confinamiento y la mayoría de ellos viven en pisos normales. Partiendo de la base que entrenar un jugador profesional en un piso es imposible, desde el staff técnico se intentan optimizar al máximo todos los recursos en los dos tipos de ejercicios mencionados anteriormente.
En cuanto al envío de rutinas, la de fuerza está orientada a mantener el tono muscular y la prevención de lesiones, mientras que la metabólica está centrada en intentar mantener los umbrales de resistencia a los que estaban antes de la parada obligada. Los futbolistas disponen de materiales recomendados por el departamento de rendimiento para poder realizar ejercicios de fuerza como gomas elásticas, cintas TRX y superficies inestables, entre otros.
Es evidente que cuando más condicionados estén los jugadores a estar encerrados en casa menos individual puede ser la rutina metabólica, pero se intenta que las preventivas y las de fuerza sean completamente individuales como lo son siempre. Es una rutina que los jugadores siguen durante el periodo competitivo, aunque ahora son diferentes. Uno de los retos actuales es intentar mantener las habilidades motrices de los jugadores, ya que no pueden salir a correr. Y esto significa, no sólo levantar peso, sino también poder mantener los cambios de dirección, una frenada o una aceleración.
Desde el departamento de rendimiento, no sólo se hace un envío de las rutinas de entrenamiento sino que también se realiza un feedback personalizado para analizar y controlar el rendimiento. También desde el servicio médico se atiende a cualquier jugador que lo necesite. En este sentido, los fisioterapeutas tienen un feedback diario para analizar posibles molestias o sobrecargas que pueden provocar este tipo de sesiones.
En cuanto a los jugadores lesionados, como Ferran Sarsanedas, Kike Saverio y Hiroki Abe, los tres realizan sesiones individualizadas por videollamada a través de los readaptadores y los fisioterapeutas del equipo, y una vez terminada la sesión monitorizan los resultados.
A nivel médico, el staff se reúne cada 2-3 días telemáticamente a través de una videollamada con los preparadores físicos, los médicos, los fisioterapeutas y el entrenador. Son encuentros con el departamento médico y de rendimiento para evaluar todos los trabajos que se están llevando a cabo para tener el máximo control y optimizar todos los resultados.
En cuanto a la posible vuelta a los entrenamientos es un hecho que actualmente no se puede planificar. No se sabe cuándo se podrá volver a competir y en el caso de que se pueda, el equipo necesitará unos procesos mínimos de adaptación a la carga de la competición. Es evidente, pues, que los jugadores necesitarán unos días para no sólo recuperar la condición física, sino también para evitar cualquier tipo de lesión que puede generar el retorno a la competición.
Y todo ello acompañado evidentemente de una buena nutrición. Desde el departamento nutricional envían unas pautas a cada futbolista con recomendaciones para seguir una buena dieta saludable y que fortalezca el sistema inmunitario. Y los jugadores se someten también a un control de peso dos veces por semana. En definitiva, toda una serie de controles y ayudas para intentar que el futbolista se sienta atendido de la mejor manera para mantenerlos en la mejor forma posible.
En cuanto al Fútbol 11 Formativo desde el Juvenil A al Infantil B, los equipos tienen un programa individualizado para hacerlo en casa en función del material que dispone cada jugador. En el caso del Juvenil A, el preparador físico, Andrés Martín, hace el seguimiento diario y sigue los mismos procedimientos que los futbolistas del Barça B.
A los Cadetes y los del Infantiles, los preparadores físicos correspondientes se encargan de ir haciendo el seguimiento, hablando cada día con los jugadores para que den un feedback de la sesión de entrenamiento.
Primero, se les recomendó que salieran correr al aire libre evitando las aglomeraciones y así poder mantener la resistencia y el trabajo cardiovascular, pero a raíz de las nuevas medidas de confinamiento los preparadores físicos de los diferentes equipos han tenido que cambiar el método y preparar sesiones adaptadas para poder realizar en los domicilios.
En cuanto a los jugadores del Fútbol 7 no se ha enviado ningún plan específico ya que por la edad se ha considerado desde el Club que lo más importante es que estén con las familias y centrados en la formación académica.