Esteve Sala se convirtió en el vigésimo primero presidente del FC Barcelona el 16 de julio de 1934 con el principal objetivo de enderezar la situación crítica que atravesaba la Entidad. Los dos principales problemas que había que resolver eran las crisis económica y deportiva.
Para solucionar la primera unificó las cuotas mensuales de los socios, que aumentó a cinco pesetas. Y para invertir la dinámica deportiva se fichó el ex portero Ferenc Plattko como técnico y se reforzó la plantilla con las incorporaciones de dos extranjeros, el húngaro Berkessy y el uruguayo Fernández, y de dos hombres de casa, Raich y Escolà. Todas estas medidas supusieron una mejora notable del equipo, que se paseó por el Campeonato de Catalunya.
Sala, que fue el primer presidente del Club a incluir una mujer en la directiva, Ana María Martínez Sagi, era el dueño del Hotel Oriente, y su anécdota más conocida fue que, debido a su gran admiración por Pep Samitier, le asignó una habitación y la correspondiente manutención en su establecimiento de manera vitalicia.
Después de un año en que su buena gestión permitió a la Entidad dejar atrás la crisis, Esteve Sala decidió no presentarse a la reelección alegando motivos personales y el 27 de julio de 1935 cedió la presidencia a Josep Suñol.
