Piñeyro no había tenido ningún tipo de relación con el FC Barcelona, pero tuvo la virtud de saber rodearse de una Junta en la que predominaban barcelonistas de siempre, y enseguida comprendió el sentimiento que despertaba el Barça, que le convirtió en un hombre entregado al Club y en su máximo defensor durante una etapa muy desfavorable a los intereses de la Entidad.
Bajo su mandato, el FC Barcelona se empezó a recuperar del trauma que había significado la Guerra Civil, y tras un largo periodo de sequía volvió a ganar un título, la Copa del Generalísimo, en 1942, conseguida tras derrotar en la final al Athletic Club por 4-3. La nota negativa de la temporada fue el sufrimiento para mantenerse en Primera, ya que los azulgranas tuvieron que jugar la promoción contra el Murcia, aunque la ganaron con facilidad (5-1).
Una semana más tarde, y después de dos años y cuatro meses en el cargo, el 10 de julio de 1942 Piñeyro presentó su dimisión argumentando que ya había cumplido sus objetivos. La Federación Catalana le aceptó la renuncia, pero los máximos organismos estatales se pronunciaron en sentido contrario y, al cabo de un mes, el Marqués de la Mesa de Asta tuvo que volver a la presidencia en un segundo mandato que se alargó hasta el 20 de agosto de 1943. Después del vergonzoso 11-1 que el Barça encajó en Chamartín ante el Real Madrid, en un partido en el que los azulgranas fueron vejados y agredidos, Piñeyro dimitió como protesta, esta vez de manera irrevocable.
Hay que mencionar también que durante su presidencia se ampliaron los laterales y los goles del campo de Les Corts y se construyó una cancha de baloncesto. Además, también se crearon las secciones de natación, baloncesto femenino, hockey femenino, béisbol y hockey patines.
