1939-50. Años de perseverancia
Los momentos más amargos de la historia del FC Barcelona fueron los primeros años de la posguerra. El Club no desapareció por muy poco. La dura represión y la depuración llevada a cabo por las autoridades dictatoriales desnaturalizaron la Entidad.
La depuración también afectó a los jugadores, y todos aquellos que habían participado en la gira futbolística en América fueron suspendidos por dos años. Además, el escudo y el nombre del Club se modificaron para que parecieran poco españoles, y los presidentes del Club fueron elegidos a dedo por las autoridades deportivas hasta 1946.
Sin embargo, gracias a la plantilla que se configuraría en los años posteriores, se llegó a la década de los cincuenta con el equipo plenamente resurgido. Para muchas personas, los partidos del Barça en Les Corts eran un oasis de libertad y diversión en unos años de miedo, miseria y represión.
LA VIDA DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL
Después de la guerra, el FC Barcelona vivió momentos de penurias sociales, económicas y deportivas. No tenía jugadores para hacer el equipo y una bomba lanzada por la aviación fascista en 1938 había derrumbado la sede social. Había que empezar de nuevo. El nuevo régimen dictatorial desconfiaba del Barça, que se identificaba como una entidad comprometida con la causa republicana y con el catalanismo.
El campo de Les Corts se reabrió oficialmente en un partido celebrado el 29 de junio de 1939. El encuentro fue presidido por diversas autoridades militares y civiles, que en sus discursos proclamaron que el Club dejaba de ser un instrumento de la subversión y pasaba a ser un icono del deporte español bajo el nuevo régimen.
LA INCORPORACIÓN DE CÉSAR
Superado el bache de la guerra, el equipo se reforzó con dos jugadores que marcarían una época: César Rodríguez y Mariano Martín. César fue uno de los grandes goleadores de la historia del Barça. Jugó 456 partidos y marcó 304 goles. Fueron muy famosos sus goles de córner, que solía materializar entrando desde atrás en plancha. Años más tarde completaron el equipo otras figuras, como Estanislau Basora, uno de los mejores extremos que ha tenido el Barça, y Antonio Ramallets, para algunos el mejor portero de la historia del Club.
EL RETORNO DE SAMITIER
La aportación de Josep Samitier no se limitó a su destacada época como jugador. En 1944 inició una importante etapa como técnico barcelonista. Con su presencia en el banquillo, el FC Barcelona se proclamó campeón de Liga la temporada 1944/45, un título que se resistía desde 1929.
EL PRIMER TÍTULO EUROPEO
La Copa Latina fue el primer título europeo del FC Barcelona. Fue una competición oficial precursora de la Copa de Europa. La disputaban los equipos campeones de Liga de Francia, Italia, Portugal y España. En 1949 los participantes fueron el Stade de Reims, el Turín, el Sporting de Lisboa y el FC Barcelona. Finalmente los azulgranas ganaron al equipo portugués en la final por 2 a 1.
EL 1949, BODAS DE ORO
Las bodas de oro llegaron en un buen momento deportivo y con la alegría de ver que el Club se había recuperado de los desastres de la guerra y que se encontraba en plena expansión, con 24.893 socios. La fundación de la Entidad se conmemoró con una serie de actos y con un torneo de fútbol, un triangular jugado entre el Barça, el Boldklub danés y el Palmeiras de Brasil. El Barça resultó ganador.
Aprovechando la celebración, y gracias a la iniciativa del socio Salvador Grau Mora, el Club recobró las cuatro barras en el escudo, en una señal inequívoca de querer recuperar -aunque los condicionantes de la época- su identidad. La afluencia masiva de los seguidores azulgranas a los actos celebrados en el campo de Les Corts puso en evidencia un hecho que ya se constataba desde hacía tiempo: el mítico campo había quedado pequeño.
DOS LIGAS CONSECUTIVAS
El uruguayo Enrique Fernández, que había sido jugador del Barça antes de la guerra, se hizo cargo del equipo tres temporadas y consiguió dos títulos de Liga seguidos (1947/48 y 1948/49). Fernández apostó por un fútbol de ataque, que gustaba especialmente al público barcelonista.