Cien años de un partido memorable
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El cartel del encuentro no podía ser más atractivo a ojos de los aficionados, dado que el conjunto uruguayo era la base de la selección charrúa que había conquistado brillantemente la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 1924. Los jugadores del Nacional Andrés Mazali, Pedro Arispe, José Leandro Andrade, Santos Urdinarán, Héctor Scarone, Pedro Petrone i Ángel Romano habían integrado el once de la selección que en la final del campeonato había derrotado a Italia por un contundente 3-0. Destacaba especialmente el delantero Héctor Scarone, conocido como el Gardel del fútbol, y por esas fechas considerado el futbolista más grande del mundo. Entonces el fútbol uruguayo era el mejor del planeta, una afirmación ratificada a posteriori por las conquistas en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928 y la primera Copa del Mundo, disputada en 1930 en el mismo Uruguay.
Aquel Barça de la edad de oro
Ante aquella pléyade de figuras rutilantes que formaban el Nacional de Montevideo, el FC Barcelona estaba en plena condición de mostrar una digna resistencia. Dirigido por el técnico inglés Ralph Kirby, el equipo barcelonista estaba felizmente inmerso en su edad de oro iniciada a principios de la década de los veinte y contaba con figuras del calibre del portero húngaro Férenc Plattkó, los defensas Josep Planas y Emil Walter (alemán), los centrocampistas Andreu Bosch, Agustí Sancho i Domènec Carulla i los delanteros Vicenç Piera, Emili Sagi y Pepe Samitier. Este último, el carismático e inolvidable Sami, era el verdadero ídolo de la afición culé, que le conocía popularmente como el hombre langosta por sus inverosímiles saltos. Aquel mítico Barça había ganado el Campeonato de Catalunya tras un emocionante codo con codo con el Espanyol y estaba entonces clasificado para las semifinales del campeonato estatal ante el Atlético de Madrid, eliminatoria que acabaría superando antes de proclamarse campeón de España al derrotar en la final al Arenas de Getxo.
Así las cosas, el enfrentamiento en la cúspide entre catalanes y uruguayos en la imponente catedral del fútbol del estadio de Les Corts era toda una garantía de extraordinario espectáculo. Además, para dar mayor trascendencia al evento, estaba en disputa la llamada 'Copa Alfa Romeo', cedida para la ocasión por esta conocida marca italiana de automóviles.
Un matx històrico
Aquel 12 de abril de 1925 el recinto azulgrana presentaba un lleno total y absoluto, con 22.000 espectadores en precario equilibrio en sus gradas. De hecho, ante la peligrosa insuficiencia manifiesta de éstas, parte de los aficionados se vieron obligados a diseminarse por los alrededores del rectángulo de juego. A las órdenes del colegiado francés señor Girandin, los equipos que saltaron al terreno azulgrana fueron:
FC Barcelona: Férenc Plattkó, Josep Planas (Leandre Solà), Emil Walter, Andreu Bosch (Baldiri Elias), Agustí Sancho, Domènec Carulla, Cristòfol Martí, Vicenç Piera, Josep Samitier, Patrici Arnau y Emili Sagi.
Nacional Montevideo: Andrés Mazali, Roberto Fiorentino, Pedro Arispe, Diego Carreras, Alfredo Zibecchi, José Leandro Andrade, Santos Urdinarán, Héctor Scarone, Pedro Petrone, Héctor Castro y Ángel Romano.
Se cumplieron todos los pronósticos y el choque estuvo a la altura de sus generosas expectativas, resultando sumamente brillante y disputadísimo. Aunque la mejor técnica de los uruguayos quedó patente de manera meridiana, ésta sufrió el handicap de la dureza del terreno de juego, aún sin césped (no lo tendría hasta el año siguiente). Por su parte, el Barça hizo un partido admirable, como quedó reflejado en las páginas de El Mundo Deportivo: "Segura la defensa, sólida la línea de medios y brillantísima, codiciosa y eficaz la delantera, el Barcelona del domingo fue un equipo verdaderamente espléndido, que, apenas, conocían a sus propios y más entusiastas panegiristas”. En definitiva, aquel equipo se había superado a sí mismo, y eso que justo una semana antes y en ese mismo escenario el Barça había abrumado al Stadium de Zaragoza en partido del Campeonato de España (8-0). Por su parte, la revista deportiva Stadium fue aún más ditirámbica al publicar que aquel partido había sido "el mayor que se haya jugado en nuestros terrenos desde hace muchos años, y todavía casi diríamos el mayor encuentro que se haya jugado nunca en Barcelona".
Sin vencedor
El conjunto culé se adelantó por dos veces en el marcador, con goles de Josep Samitier (minutos 42 y 53), pero el Nacional empató con dianas de Santos Urdinarián (48') y Héctor Scarone (67'). Acabado el partido con el 2-2 definitivo se decidió dejarlo sin vencedor, dado que también se había producido una igualada en córners, que por aquel entonces era la manera reglamentaria de deshacer un empate al final de los noventa minutos. No estaban todavía estipulados los lanzamientos de penaltis como medio de desempate. De esta forma, el director de Alfa Romeo en España, Rafael Andrés González, se quedó en propiedad el trofeo, que actualmente guarda uno de sus nietos en su domicilio particular de Madrid.
Un dato interesante de aquel partido, incluido en una larga gira de seis meses por nueve países europeos del equipo uruguayo, es que el Nacional tenía pensado y planificado, sobre finales de junio o julio de ese mismo año, otro enfrentamiento amistoso con el Barça (quién sabe si para definir de una vez por todas el ganador de aquella Copa Alfa Romeo) pero, lamentablemente, se tuvo que cancelar a causa de la clausura del Club durante seis meses como castigo gubernativo por el silbido al himno español que se produjo en Les Corts el 14 de junio de 1925.
El epílogo
Al fin y al cabo, el corolario de aquel histórico partido llegaría tres años más tarde, cuando ambos equipos se enfrentaron de nuevo en un amistoso, pero esta vez en Montevideo, en el marco de la gira que el FC Barcelona realizó por Sudamérica una vez finalizada la temporada 1927/28. En ese partido, disputado el 1 de septiembre de 1928 en el Estadio Gran Parque Central en la capital uruguaya, destacó la presencia en las gradas del legendario cantante de tangos Carlos Gardel, gran amigo y admirador del azulgrana Josep Samitier y el albo Héctor Scarone, quienes disputaron con sus respectivos equipos ese nuevo desafío que culminaría con la victoria del Nacional por 3-0.
Una vinculación histórica
El FC Barcelona y el Nacional de Montevideo comparten no sólo el año de fundación, dado que ambos clubes han sido tres veces campeones del mundo y en ambos jugaron futbolistas como el citado Héctor Scarone (que tuvo un paso efímero por el Barça en 1926), Fausto dos Santos, Enrique Fernández (1935-1936), Alcides Silveira (1962-1963), Luis Alberto Cubilla (1962-1964), Alfredo Amarillo (1976-1978) y el gran Luis Suárez (2014-2020), integrante de la cantera del Nacional desde pequeño. Enrique Fernández también fue entrenador y campeón de Liga con ambos clubs, con el Nacional en 1946 y 1950 y con el Barça en las temporadas 1947-48 y 1948-49.
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