Setenta años de la primera piedra del Camp Nou
Hacia finales de la década de los cuarenta ya se hacía evidente que las 48.000 localidades del estadio de Les Corts eran insuficientes para albergar la pujante masa social barcelonista, enardecida por aquel fantástico equipo de los Velasco, Calvet, Seguer, los hermanos Gonzalvo, Basora y César que capitaneaba el técnico uruguayo Enrique Fernández. Ante la evidencia de que Les Corts ya no podía ampliarse más, en diciembre de 1950 los socios azulgranas aprobaron la compra de unos terrenos para construir un nuevo estadio junto al edificio de Maternidad, no muy lejos del campo viejo. Después de unos años de impasse, la llegada a la presidencia del Club de Francesc Miró-Sans en noviembre de 1953 aceleró de forma definitiva el candente tema de la construcción del nuevo estadio, que ya no admitía más demora.
Por fin, a las once de la mañana del domingo 28 de marzo de 1954 se colocó la primera piedra del futuro Camp Nou del FC Barcelona, frente a una impresionante multitud popular calculada en 60.000 aficionados barcelonistas. Por obligado imperativo de esos tiempos de nacionalcatolicismo, antes de su colocación la piedra fue solemnemente bendecida por el arzobispo de Barcelona, Gregorio Modrego.
La misma que en Les Corts
La primera piedra del Estadio había sido llevada a hombros desde el campo de Les Corts por las peñas barcelonistas Círculo Barcelonista, Peña Solera, Peña Azulgrana, Peña Gol de Dalt, Peña Cinco Copas, Peña Ramallets y Peña Victoria, además de la 'Agrupación de Exjugadores del FC Barcelona’. Para amenizar el acto, más de tres mil componentes de los Cors de Clavé, acompañados por la Banda Municipal de Barcelona, interpretaron varias piezas populares.
Curiosamente, aquella primera piedra del futuro Camp Nou era la misma que el 19 de febrero de 1922 se había colocado para empezar la construcción del viejo estadio de Les Corts. La razón de esta circunstancia la encontramos en 1929, cuando se decidió rebajar el nivel del terreno de juego de Les Corts. El eficaz y polivalente conserje Manuel Torres fue al trabajo y, al poco tiempo, se topó con un objeto duro, que resultaba ser la primera piedra del campo. No sabiendo qué hacer con ella, decidió guardarla en un trastero. En 1954, la Comisión del Camp Nou, que buscaba una piedra con cierto simbolismo, preguntó a Torres si sabía dónde estaba enterrada la primera piedra de Les Corts. El conserje contestó que la tenía en un almacén. Y así fue, por casualidad, como ese mismo año se colocó la primera piedra del Camp Nou…, por segunda vez en un estadio propiedad del FC Barcelona.
Entre 1954 y 1957
La trascendencia de aquella memorable jornada quedó patente en estas sentidas palabras que Carme Trias de Bes escribió al día siguiente en las páginas de El Correo Catalán: “Habrán pasado veinte, treinta años, y cada vez que se coloque una primera piedra en nuestra ciudad serán miles de barceloneses los que evocarán esa otra piedra que con pompa y alarde fue colocada en el día de ayer, domingo. No será fácil que los socios y simpatizantes del histórico club olviden esta fecha.”
Sin embargo, como se pudo leer en el Boletín Oficial del FC Barcelona del mes de abril de 1954, después de la gran fiesta habría que ir al trabajo: “Nuestro estadio no nos lo ofrecerá graciosamente nadie. Nuestro será, y por tanto, nosotros deberemos construirlo. Acabadas las fiestas y la natural euforia, deberá llevarse a cabo el camino práctico y de sacrificio. De las palabras deberemos pasar a los hechos. Y por eso contamos con todos los nuestros y..., los que todavía no lo son”.
Bajo la enorme expectación diaria de la gente azulgrana, las obras de construcción del nuevo estadio siguieron su ritmo en aquellos terrenos que en el pasado habían sido de chabolas. Por fin, el 24 de septiembre de 1957 se inauguró el imponente Camp Nou, que con una capacidad inicial de 99.000 espectadores doblaba el aforo del campo de Les Corts y se convertía en el nuevo templo barcelonista. Ese día de la Mercè se abrieron las puertas del futuro.