Charles Thomas, el renacido
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Es una historia de película. Uno de esos guiones increíbles del que aún no se ha escrito el final. Todo comienza a principios de marzo, cuando Norman Carmichael, mítico pívot estadounidense del FC Barcelona que estuvo nueve años en el Club (1968-1978) y llegó a ser capitán, recibe una llamada mientras se desplaza en coche con su familia hacia Northwood, cerca de Dallas, su nueva ciudad de residencia. “La que llamaba era una enfermera de Charles, que decía que él estaba vivo y que quería hablar conmigo. Me dijo que hacía casi cinco años que vivía en una residencia geriátrica en Amarillo (Texas). Le dije a mi esposa que me parecía una broma de mal gusto. Charles hacía muchos años que había muerto”.
Así era para todos. Para su exmujer Linda, para sus dos hijos Carlos y Mat, que no sabían de él desde hace cuarenta años; para amigos como Norman Carmichael y el resto de compañeros que tuvo en el FC Barcelona y a los equipos en los que jugó al baloncesto español (Sant Josep y Manresa), y para todos los que en algún momento oyó hablar de este pívot de 2,01 de altura que suplía la escasa estatura con una potencia de salto inaudita en aquella época. Se había dado por hecho que había muerto, aunque circulaban diferentes causas..., que si había sido víctima en un tiroteo en un ajuste de bandas, que si recibió una cuchillada en una pelea en la calle, que si sufrió una sobredosis... Pero no, Charles Ray Thomas sigue vivo, tiene 74 años, le faltan las dos piernas, amputadas como consecuencia de la mala vida que ha llevado durante este tiempo, y ahora, cuando nadie lo esperaba, ha decidido volver a nacer.
Cuando hablé con él no daba crédito, pensaba que era alguien que se quería hacer pasar por Charles, pero vi que sabía cosas que sólo él podía saber
“ Normal Carmichael
“Cuando hablé con él no daba crédito, pensaba que era alguien que se quería hacer pasar por Charles, pero vi que sabía cosas que sólo él podía saber. Estuvimos hablando unos diez minutos y le dije que tenía que colgar, que tenía que llamar a su hijo Carlos”, confiesa Carmichael.
Una familia en shock
Carlitos, como lo conocían en los tiempos que vivió en España con sus padres y aún no tenía los 10 años cuando Charles desapareció, casi quedó en estado de shock en el momento en que Carmichael le dijo que acababa de hablar con una persona que decía que era su padre. “Carlos es un buen chico. Durante todos estos años hemos mantenido el contacto y hablamos un par de veces al mes. Ahora está intentando digerir todo esto..., es muy duro saber que tu padre está vivo después de haberlo dado por muerto. Con Linda no he hablado... Charles los abandonó. Yo puedo perdonar, porque soy su amigo, por eso mi reacción debe ser diferente a la de su familia”.
Norman hubiera querido coger el coche y recorrer las cinco o seis horas que separan Northwood de Amarillo para ir a ver a su amigo, pero, tal y como explica: “Tenía una responsabilidad con mi familia por el tema de la Covid. Ahora que me han puesto las vacunas ya puedo ir a verlo. ¡Tengo tantas cosas que preguntarle! Pero quiero hacerlo cara a cara, no por teléfono”, explica Carmichael, que se muestra emocionado de poder hacer este viaje previsto para el día 14 de abril, y ya cuenta los días para el reencuentro. “Durante mucho tiempo he imaginado que caminaba por la calle y que veía a mi amigo..., ¡y eso ahora se convertirá en realidad!”
La noticia increible
Mientras tanto, a muchos kilómetros de distancia, en Barcelona, todos los que conocieron a Charles Thomas se llevaron una sorpresa enorme al saber que estaba vivo cuando trascendió el post en Facebook que hizo Carmichael cuando estuvo seguro de que el hombre que lo había buscado era, en efecto, su amigo: “Todo ha sido gracias a las enfermeras, que hicieron lo imposible para buscarme y conseguir mi número de teléfono, y al final me encontraron gracias a las redes” , explica.
Manolo Flores, que es vicepresidente de la Asociación de Veteranos del Baloncesto del Barça y trabaja en el Club, reconoce: “Hace años que su hijo Carlos nos comunicó que le había llegado que su padre estaba muerto”. Flores está en contacto con Carmichael y hablan sobre cómo ayudar al amigo renacido. “Charles está en una residencia pública y Norman dice que está bien. Ayudarlo económicamente puede ser perjudicial, porque podría perder las ayudas del estado. Lo tenemos que ayudar emocionalmente para que recupere la autoestima, que recuerde cuando era feliz jugando al baloncesto”.
Charles Thomas, en el Palau Blaugrana.
Flores coincidió con Thomas en sus inicios en el Club. “Yo era muy joven, pero tenía relación con él y su familia. Charles aprendió bastante rápido el castellano. No era muy hablador, pero soltaba las frases. Su mujer Linda, en cambio, era muy sociable. Con ella mantuve el contacto una época”. Aíto García Reneses también fue compañero de Charles Thomas en el Barça y lo recuerda “como un jugador especial”. “Tenía un salto que no habíamos visto hacer a nadie hasta ese momento con tanta potencia. Luego vinieron los problemas. Yo me retiré como jugador y él siguió jugando un año más en el Barça. Años después Linda, su mujer, me escribió. Yo tenía una página web donde salía mi correo electrónico cuando casi nadie tenía, y me contactó. Ella evitó en todo momento hablar de Charles, y yo tampoco le saqué más el tema porque él estaba muerto. Ella se interesaba sobre todo por la vida en Barcelona”.
La noticia de su reaparición después de tantos años”. “Al principio dudábamos de si era verdad
“ Aíto García Reneses
El exentrenador azulgrana, ahora técnico del Alba Berlín, reconoce que le sorprendió “la noticia de su reaparición después de tantos años”. “Al principio dudábamos de si era verdad. Me alegro mucho de que esté vivo y que, después de todo lo que ha pasado, pueda disfrutar de su nieta”.
Recuerdos en azulgrana
Adolfo Sada, padre del que fue capitán del Barça Víctor Sada, también fue compañero de Thomas en el Barça. Traumatólogo de profesión, recuerda perfectamente el día que se lesionó. “Yo en ese tiempo era estudiante de medicina. Fue en el pabellón de la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Dio un salto de aquellos suyos, y cayó directamente con la rodilla en el parquet y se destrozó la rótula. Se partió en trozos. Fue una lesión muy mala y en ese momento la medicina no estaba tan avanzada “.
Xabier Añua es un precursor del baloncesto español y era el entrenador del Barça cuando llevaron a Thomas al Club. El técnico de Vitoria, a sus 86 años, recuerda: “Llegué al Barça en 1968, después de pasar un año en Estados Unidos, con los Knicks. En el 71 inaugurábamos el Palau Blaugrana y Ciurana quería hacer un equipo candidato al título, y llevó Thomas, que era una estrella en San José, pero no encajaba en un equipo formado básicamente por catalanes. La temporada 1971/72 fuimos subcampeones, con Thomas y Carmichael, pero en aquella época el Madrid era intratable”.
Charles Thomas, durante la foto oficial de la temporada 1971/72.
“Thomas venía de una universidad pequeña, donde era una estrella, y era un poco egoísta, no se entregaba en los entrenamientos. El Barça que yo quería construir no pasaba por Charly Thomas, pero era muy buen chico, como un niño grande. Para motivarle les decía a los jugadores ‘pasad el balón a Charly, que él lo machaca’, y se ponía muy contento”, reconoce Añua. “Creo que la lesión le creó un shock psicológico muy grande. De ser el que más saltaba a no poderse despegar del suelo... Perdió la cabeza”
La lesión y el descenso a los infiernos
En 1968 Thomas llegó a la Liga española, en San José, procedente del Golden Eagles (Universidad Estatal de California). Con el equipo de Badalona estuvo dos temporadas (1968-69 y 1969-70), máximo anotador de la competición, y Ramon Ciurana, que fue directivo del San José y luego se incorporó al Barça en 1970 como responsable de la sección, se lo quiso llevar al club azulgrana, pero Thomas había que esperar a poder nacionalizarse porque después de que el Madrid nacionalizara Clifford Luyk y Wayne Brabender, la Federación Española cortó el grifo de las nacionalizaciones para la temporada 1970/71.
Así, Thomas fichó por el Barça aquella temporada, pero no pudo jugar hasta el curso 1972/73 y sólo estar con el equipo azulgrana hasta la temporada 1974/75. Allí conoció Carmichael y se hicieron íntimos amigos.
En noviembre del 74, se produjo el hecho que cambió la vida de Charles Thomas para siempre, y que fue el inicio de su descenso a los infiernos. En un partido contra el Real Madrid, Thomas saltó defendido por Luyk y cayó con la rodilla en el suelo y se destrozó la rótula. El Barça lo cedió al Manresa, pero él ya no fue nunca el mismo y esa lesión lo terminó por hundir como jugador y como ser humano.
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