César Rodríguez, ídolo de la Cultural Leonesa y del Barça
En León es difícil hablar del Barça y no referirse al mítico delantero César Rodríguez, una de las más importantes figuras de la historia azulgrana. Nacido en 1920 en la calle Burgo Nuevo de la capital leonesa, César fichó por el Club azulgrana con sólo 19 años procedente del SEU de León. Su debut se produjo el mismo 1939 y ya demostró que era un crack, pero se tuvo que esperar hasta la temporada 1941/42 para tener un lugar en el equipo tras haber cumplido el servicio militar y haber sido cedido al Sabadell y al Granada.
El delantero centro leonés marcó una época en el Barça gracias a su maravillosa magia futbolística que se resume en los 294 goles que marcó -sólo Lionel Messi le supera en la lista de máximos goleadores de la historia del Club- y los 433 partidos que disputó con la camiseta azulgrana. César era un delantero excepcional, de los que hoy en día no tendría precio, ya que unía una técnica depurada con un implacable instinto goleador. Todas sus cualidades futbolísticas eran superlativas: excelente disparo con ambas piernas, dribbling fino y espléndido y, además, un incansable espíritu de lucha. Pero por encima de todo destacaba por su excepcional remate de cabeza, al que sólo se le puede comparar el del húngaro Sandor Kocsis.
Así, no es extraño que fuera Pichichi en la Liga 1948/49 (28 goles en 24 partidos), segundo mejor goleador tres veces y máximo artillero del Barça durante siete temporadas consecutivas (1944-51). El ‘Pelucas’ (apelativo cariñoso que hacía referencia a su alopecia) tuvo una dilatada carrera en el Barça entre 1942 y 1955 consiguiendo un número de títulos que pocos jugadores han podido lograr: cinco Ligas (44/45, 47/48 , 48/49; 51/52 y 52/53), dos Copas Latinas (1949 y 1952), tres Copas de España (50/51 51/52 y 52/53), una Copa de Oro (1945) y tres Copas Eva Duarte (1948, 1952 y 1952).
César, el prodigio leonés del Barça, fue miembro de la mítica delantera de las Cinco Copas, aquella que cantó Joan Manuel Serrat: "Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón". El 'Pelucas' fue el ídolo indiscutible de la afición azulgrana durante la década de los cuarenta y la primera mitad de los cincuenta. No en vano, fue el hombre que alegró la vida de tantos catalanes en aquella época tan adversa y cruel como fue la posguerra, cuando las únicas alegrías permitidas eran las deportivas.
Euforia en León con su regreso a la Cultural
Tras su periplo barcelonista César volvió a casa para jugar en la Cultural Leonesa en Primera División, en la temporada 1955/56. Entonces los leoneses vivían inmersos en la euforia más desatada por el ascenso a la máxima categoría y por la vuelta de su ídolo. De este modo, en octubre de 1955 se inauguró un nuevo estadio, el de la Puentecilla, en el cruce de la Avenida Fernández Ladreda con la Ronda Este, con una capacidad para 12.000 aficionados. El número de socios en aquellos tiempos se aproximó a los 7.000, la Cultural se convirtió en el equipo de la provincia y el Club se vio obligado incluso a intervenir en los servicios de la Renfe para retrasar las salidas de los trenes del domingo con destino a Cistierna y la Robla, y los de Ponferrada y Sahagún, con el objetivo de procurar que los aficionados culturalistas pudieran ver sin prisas el final del partido.
Hombre sencillo y visceralmente barcelonista, César siempre solía decir que "el Barça iría ni que fuera de conserje". Volvió como entrenador, los años 1963-64, y en 1980 como ayudante de su amigo Ladislao Kubala. Fallecido en Barcelona en 1995, César Rodriguez está enterrado en el Cementerio de Les Corts, junto al Camp Nou, y en la lápida de su nicho se ve una foto suya con la camiseta azulgrana y un gran escudo del Barça. En Catalunya y en León aún lo recordamos.
Más noticias aquí