El Barça y la mujer

Si hoy hablamos de la relación entre el Club y las mujeres es porque actualmente en el mundo occidental las mujeres tienen un papel reconocido en la sociedad, en una clara tendencia hacia la igualdad de las personas, independientemente de su sexo. Esta es una realidad evidente ahora, pero todos somos conscientes de que llegar a este punto ha sido un camino largo y nada fácil, y que se han tenido que superar muchos prejuicios que cuestionaban la igualdad entre hombres y mujeres.

El mundo del deporte no se escapaba de esta dinámica. Más aún, durante mucho tiempo el deporte se podía considerar un terreno exclusivamente masculino, sobre todo en cuanto a la práctica deportiva. Las referencias a las mujeres eran como simples espectadoras, las cuales, con su presencia, contribuían al lucimiento de los eventos deportivos. Además, había tratados médicos que desaconsejaban la incorporación de las mujeres a la práctica deportiva, porque se creía que las podía perjudicar en el momento de convertirse en madres. Afortunadamente estas concepciones han cambiado. Pero las mentalidades no cambian de un día para otro, sino que siguen un camino lento. Y hace falta gente que empuje estos cambios.

Cuando los Estatutos sólo hablaban de hombres

El Barça nació como un club deportivo creado por hombres y pensado para los hombres; este era el signo de los tiempos en 1899. Los hombres se hacían socios del Club para jugar al fútbol, ​​ya que éste era uno de los derechos que otorgaban los Estatutos del Club entonces. Por eso no se pensaba en la presencia femenina, y los Estatutos hablaban de socios varones, lo que excluía las mujeres. Ya en ese momento encontramos un hecho que va más allá de la anécdota, ya que la primera mujer socia del Club, Edelmira Calvetó, consiguió esta condición a pesar de que los Estatutos de 1911 continuaban hablando de socios hombres. Esto significa que la sensibilidad de los dirigentes fue más allá de la norma, y ​​el 1 de enero de 1913 Edelmira Calvetó pudo inscribirse en el Barça, pese a contravenir los Estatutos. La socia número 86 lograba, gracias a su insistencia, abrir una puerta que ya no se cerraría nunca más.

La victoria de Calvetó hacía posible que las mujeres se convirtieran socias de la Entidad, pero en la década de los años veinte se daría un paso más, con la incorporación de las primeras mujeres que practicaron deporte dentro del Club. Aunque fueron experiencias efímeras, tienen un gran valor, porque significaba un nuevo paso adelante, la posibilidad de ser practicante activa, en este caso en la sección de tenis, un deporte que en los años veinte se consideraba más adecuado para el ejercicio femenino.

Años 30: la mujer quiere formar parte del mundo del deporte

En la década de 1930 la presencia de las mujeres en el deporte catalán dio un salto cualitativo, con la decidida reivindicación de su papel. Querían formar parte del mundo del deporte, y una minoría inquieta lo proclamaba a los cuatro vientos. En 1928 se creó en Barcelona el Club Femenino y de Deportes, la verdadera locomotora de aquel proceso. La presencia femenina en el deporte se reivindicaba entonces en una doble dirección. Por un lado, como una reivindicación explícitamente feminista, expresada ya en estos términos. Por la otra, como un elemento más para ensanchar los sectores sociales del mundo del deporte. En este sentido, la presencia de las mujeres era una parte más del famoso lema Esport i ciutadania que impulsó Josep Suñol i Garriga, que sería presidente de nuestro club en 1935.

Fue en este contexto que el Barça impulsó un equipo femenino en la sección de atletismo. La explosión de la presencia de la mujer en el Barça en los años de la República se completa con la elección por primera vez en la historia de una mujer directiva. Se trata de Ana María Martínez Sagi, directiva 1934 ya la vez atleta del Club. Anna Maria Martínez nos lleva un perfil de la mujer activa de los sectores más avanzados de la época. Era una escritora y periodista que escribía sobre deporte y mujer en el diario de Josep Suñol, La Rambla, y que tenía un discurso bien definido. Era un prototipo de mujer moderna y culta que no quería renunciar al deporte.

Retroceso con el franquismo e impulso con el atletismo

Con el franquismo el papel de la mujer se convirtió totalmente subsidiario y subalterno. Se produjo un gran retroceso y la práctica deportiva femenina prácticamente desapareció en las décadas de 1940 y 1950. En el Barça esta tendencia se rompió en los años sesenta, cuando se reanudó el atletismo femenino, sección en la que se empezaron lograr triunfos importantes y, sobre todo, una regularidad que nunca antes había existido. La construcción de la pista de hielo en 1971 ofreció una posibilidad nueva, la del patinaje artístico, desarrollada por chicas, que incrementaron el activo de las mujeres deportistas azulgrana con un montón de logros. También en aquellos años se pone en marcha, por primera vez en el Club, la práctica del fútbol femenino, que tuvo que vencer muchas resistencias y comentarios burlones y que todavía se presentaba con cierto desprecio.

La normalización

A partir de los años ochenta, con la consolidación de la sociedad catalana democrática, la dimensión pública de la mujer y la lucha por la igualdad comenzó a dar sus frutos, extendidos a muchas actividades ciudadanas. El Barça ha contribuido con una normalización en la práctica deportiva, y también en el espacio emocional azulgrana. Hablar de fútbol, ​​sufrir y disfrutar con el Barça se ha convertido en un terreno común y compartido por hombres y mujeres, sin distinciones sexistas del pasado.

La masa social del Club es formada hoy por un 26% de mujeres, con una innegable presencia en las peñas, algunas de las cuales tienen presidentas, un hecho inimaginable hace algunos años. También hay un espesor notable de mujeres practicantes, especialmente en deportes como el fútbol, ​​el atletismo, el voleibol, el patinaje artístico sobre hielo y el hockey hierba. En cantidad limitada, pero de manera regular, las mujeres han estado presentes en las juntas del Club, y también los hay entre los puestos ejecutivos de la Entidad.

Visto desde esta perspectiva, el Barça hoy puede reivindicar un montón de mujeres que hicieron mucho para normalizar la presencia femenina en el Club y al deporte en general. Podemos recordar desde el gesto contracorriente de Edelmira Calvetó en 1913 hasta Maria Dinarés, la viuda Piera, incansable seguidora, muchas veces la única mujer, los años sesenta y setenta. También Maria Teresa Andreu, directiva del Club e impulsora del fútbol femenino, que se convirtió en directiva de la UEFA; las deportistas que han llegado a participar en los Juegos Olímpicos, y todas aquellas que nos han dado triunfos en muchas secciones. Todas ellas fueron la gente con empuje que hicieron mejor el Barça y que han hecho mejor la sociedad.