Local

50 años de la conquista de la Copa de Ferias 1966

El 21 de setembre del 1966 el Barça va guanyar la seva tercera Copa de Fires en vèncer a la tornada de la final el Reial Saragossa per 2-4, amb un hat-trick de Lluís Pujol

Después de eliminar sucesivamente los equipos del DOS Utrecht, el Royal Amberes, el Hannover, el RCD Espanyol y el Chelsea, el FC Barcelona llegó a la final de la Copa de Ferias 1965/66, donde la esperaba el Real Zaragoza, un rival especialmente temible, ya que contaba con la mítica delantera de los Cinco Magníficos integrada por Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra. Además, el equipo maño era entonces la bestia negra del Barça: tres días antes del triunfante desempate con el Chelsea, los zaragocistas habían eliminado los azulgranas de la Copa de España por tercer año consecutivo.

Debido a la disputa del Mundial de Inglaterra, la final de la Copa de Ferias, a jugar a doble partido, se pospuso en septiembre de 1966. Entonces ocupaba el banquillo barcelonista el argentino Roque Olsen, que había entrenado el Zaragoza, mientras que el técnico de los aragoneses era el eslovaco Ferdinand Daucik, que había dirigido el Barça de las Cinco Copas a principios de los años cincuenta.

El partido de ida de la final, jugado en Barcelona el día 14 de septiembre, terminó con la victoria visitante por 0-1, gol marcado por el brasileño Canario en el minuto 39 de la primera parte. Durante todo el encuentro el dominio local fue intenso, pero sin suerte. Así pues, los pesimistas vaticinios parecían cumplirse.

Sin embargo, a la vuelta disputada en La Romareda el día 21, el joven delantero de 19 años Lluís Pujol (que no había jugado en la ida) se convirtió en el héroe de la noche al anotar un 'hat-trick' que dio la victoria al FC Barcelona por 2-4 y su tercer título de campeón de la Copa de Ferias tras los triunfos de los años 1958 y 1960. Fue un partido memorable, verdaderamente no apto para cardíacos. La película del encuentro fue la siguiente: se adelantaron los azulgranas mediante Pujol en el minuto tres, pero Marcelino empató para los locales en el minuto 24. Ya en la segunda parte, Zaballa puso el 1-2 (minuto 70 ) a pase de Pujol, que ese día estaba omnipresente. El Barça aún no era campeón, ya que entonces los goles en campo contrario no contaban el doble en caso de empate. A cinco minutos del final un nuevo gol de Pujol parecía dar el título al equipo barcelonista, pero prácticamente en la siguiente jugada Marcelino marcaba el 2-3 y forzaba la prórroga, que los dos equipos afrontaban con diez jugadores por expulsión de Canario y Torres por agresión mutua. La prórroga se jugó con los nervios a flor de piel (el hecho de que en caso de empate no hubiera penales, sino lanzamiento de moneda al aire todavía empeoraba las cosas), pero en el minuto 120, en la última jugada del partido, Pujol recibió una asistencia de Montesinos y entre dos contrarios enganchó un fuerte disparo que superó Yarza. Fue aquel un auténtico gol de oro, pues el Zaragoza no pudo ni sacar de centro. No hace falta decir que la alegría entre los jugadores barcelonistas fue inenarrable.

Más noticias aquí