Agustí Montal i Costa (1969-1977)

Montal, que era el representante de la corriente más catalanista del barcelonismo, derrotó Pere Baret por sólo 14 votos de diferencia en aquellos comicios hechos por el sistema de compromisarios. Durante todo su delicado mandato, a caballo entre el tardofranquismo y la transición democrática, fue un gran defensor de la identidad catalana y un firme opositor del centralismo futbolístico que ejercían la Federación y la Delegación Nacional de Deportes. Significativamente, acostumbraba a cerrar sus parlamentos a las peñas barcelonistas con un verso mítico de Salvador Espriu: "Nos mantendremos fieles para siempre al servicio de este pueblo".

Gracias a su impulso, el FC Barcelona fue recuperando todos sus símbolos, empezando por el nombre de la Entidad, FC Barcelona, ​​en lugar del españolizado Club de Fútbol Barcelona que se había impuesto en 1941. Introdujo la lengua catalana en los documentos oficiales, el boletín del Club, el carnet de socio, en la megafonía del estadio y en otros ámbitos, a pesar de las numerosas dificultades. También se enfrentó con la Federación Española a raíz del caso Guruceta, y mantuvo una actitud firme de defensa de los intereses del FC Barcelona. Por ejemplo, denunció la discriminación que sufría el Barça con la contratación de los jugadores oriundos, con los casos Heredia y Cuerpo. Fruto de esta actitud logró hacer posible la contratación de jugadores extranjeros, y alcanzó así, en 1973, el fichaje del gran crack holandés Johan Cruyff, entonces el mejor jugador del mundo.

La incorporación de Cruyff fue fundamental para que el Barça se proclamase campeón de Liga la temporada 1973/74, circunstancia que fue prácticamente decisiva para que Montal fuese reelegido el 18 de diciembre de 1973 al superar con mucha claridad su único rival, Lluís Casacuberta, por 902 votos a 340.

De los ocho años que Agustí Montal vivió al frente del Club también hay que destacar la brillante celebración de las Bodas de Platino en 1974, la modernización de la administración y el impulso de las secciones gracias a la inauguración del Palau Blaugrana y el Palacio de Hielo en 1971.

El 18 de diciembre de 1977, al finalizar su segundo mandato, Montal abandonó la presidencia de la Entidad, y el hasta entonces vicepresidente, Raimon Carrasco, asumió el cargo de manera provisional hasta la celebración de elecciones en mayo de 1978.