Barça - Bayern: La bestia es blaugrana (4-1)
Este Barça no le teme a nada y a nadie. Y por si aún hacía falta demostrarlo, en Montjuïc se ha deshecho de su bestia negra en las últimas décadas en Europa. Un Bayern de Múnich que ha sucumbido ante el hambre de un equipo que quiere hacer cosas grandes (4-1) y que tiene argumentos para ello. Por ejemplo, el hat-trick de un Raphinha imparable, que ha encarnado mejor que nadie al Barça que ha construido Flick: voraz, letal y ambicioso.
Un minuto, un gol
El técnico sólo ha tocado una pieza del once inicial respecto al triunfo ante el Sevilla... y qué pieza. Fermín ha entrado en el puesto de Ansu Fati y el centrocampista ha tardado menos de un minuto en hacer acto de presencia. En el primer ataque del partido ha dejado solo a Raphinha ante Neuer, y el brasileño ha comenzado su espectáculo particular. Ha dejado en el suelo a uno de los mejores porteros de la historia y ha abierto el marcador (1-0, min. 1). Difícil (pero no imposible) imaginarse una mejor forma de celebrar su partido número 100 de azulgrana.
Kane despierta a la bestia
Los 50.312 presentes en el Estadi Olímpic han enloquecido con un inicio inmejorable, pero rápidamente se han enfriado los ánimos. El empuje del gol ha durado poco, y los alemanes han logrado dominar la posesión. Con las dos defensas muy adelantadas, el partido podía decidirse por quién sería capaz de penalizar más los espacios a sus espaldas. Iñaki Peña ha estado providencial para evitar el gol de Kane en la primera. En la segunda, el inglés ha logrado marcar, pero en fuera de juego. Y en la tercera ha llegado el empate.
Gnabry ha ganado línea de fondo y Kane ha rematado de primeras para restablecer la igualdad (1-1, min. 18). Los fantasmas de la bestia negra podrían volver a sobrevolar Montjuïc, pero la única bestia que había iba de blaugrana. Y es que los hombres de Flick también están preparados para recibir golpes... y para devolverlos. Ha avisado primero Lewandowski, con un disparo desde la frontal que ha rozado el palo. El Barça volvía a sentirse cómodo y con la velocidad y los giros de Raphinha o Fermín podía desmontarse la defensa hombre a hombre de los bávaros. Dicho y hecho.
Montjuïc, rendido a Raphinha
Fermín ha picado al espacio, y tras deshacerse del suave marcaje de Kim Min-Jae ha hecho una vaselina que se ha transformado en una asistencia para Lewandowski, siempre a punto, para marcar su 15º gol en 13 partidos de temporada (2-1, min. 36). Una barbaridad. Y hablando de barbaridades... Raphael Dias Belloli. Minuto 45, desplazamiento teledirigido de Casadó, control perfecto de Raphinha, y magia. Una conducción indescifrable, regate hacia adentro, y disparo al palo largo con la teórica pierna mala (3-1, min. 45). Doblete de O Capitão para marcharse hacia vestuarios con Montjuïc a sus pies.
Y lo que aún quedaba por llegar. La bestia blaugrana ha seguido mordiendo en el segundo tiempo, y quien muerde más en este Barça es Raphinha. Y muerde porque tiene jugadores junto a él como Lamine Yamal, que le ha puesto un balón perfecto que el brasileño ha convertido en otra bestialidad. Con un control orientado y un potente disparo cruzado ha marcado el cuarto (4-1, min. 56) para proclamar el estado de euforia en Can Barça.
El regreso de Olmo, la guinda del pastel
Un estado de euforia que se ha alargado hasta el pitido final. Porque a pesar de no haber más goles, que han estado cerca de llegar de pies de Lewandowski o Lamine Yamal, todo han sido buenas noticias. Un marcador espectacular, a la altura del juego azulgrana, además del regreso al terreno de juego de Dani Olmo, para poner la guinda a una noche tan mágica como la montaña de Montjuïc y que pone de manifiesto que este Barça pinta a las bestias negras de azul y de grana. Y ahora, a por el Clásico.
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