Sergio Lozano: "Mi corazón dice que quiere seguir jugando al fútbol sala"
Si Sergio Lozano se puede definir con una palabra es resiliencia. El capitán del Barça de fútbol sala ha tenido una carrera marcada por las graves lesiones de rodilla, pero eso no ha impedido su vuelta. Una y otra vez, sin desfallecer. El pasado 1 de abril, en las semifinales de la Copa del Rey contra el Palma en Antequera, Lozano se rompió por tercera vez los cruzados, en lo que significaba la cuarta lesión grave de su trayectoria. Des del primer día se puso a trabajar, con el carácter positivo que lo caracteriza, y tras 10 meses de intensa lucha lo ha vuelto a hacer. El Búfalo, de nuevo, vuelve al ruedo.
Primero de todo, ¿cómo estás?
Bien, estoy bien. He pasado meses complicados, pero ahora me encuentro bien. Se están quitando las molestias y las sensaciones vuelven a ser positivas. Lo que pasa es que me falta ritmo, entrenar más con el grupo, coger esas sensaciones con el balón, pero ahora poco a poco volverán.
Y ahora por fin vuelves. Si hacemos un repaso a todos estos meses, es inevitable ir al 1 de abril, al momento que te lesionas. ¿Qué es lo que recuerdas?
Que mi cabeza dijo: "No voy a salir en camilla". Sabía que me había roto, que el cruzado se había vuelto a romper. Pero tenía claro que si existía la posibilidad de que fuese mi último partido, no quería salir en camilla. Si por fuera estaba roto, por dentro lo estaba todavía más. Se hizo un silencio absoluto, se paró el partido más de cinco minutos, no sé celebró la clasificación para la final de la Copa del Rey y noté que todo el mundo estaba muy apenado por lo que esa lesión podía significar. Fue un fin de semana muy emotivo. Creo que casi todo el mundo creía, intuía, que se acababa la carrera de Sergio Lozano, que hasta aquí había llegado. Pero mira, espero que no haya sido así y que, entre comillas, haya hecho equivocarse a mucha gente.
Es que, tras tres lesiones graves, volver a caer una cuarta no es fácil. ¿Te ha pasado por la cabeza la retirada?
En mi cabeza no entraba ese plan. En la tercera lesión, la segunda del cruzado, sí que pensé que lo dejaba, y le dije al doctor como 15 veces que lo dejaba. Pero en ésta no lo he dicho ni una vez. No me digas por qué, pero desde el primer momento dije que, si todo iba bien y tenía buenas sensaciones, quería volver a intentarlo, a pesar de los riesgos. Sinceramente, creo que deseaba que mi última imagen como jugador de fútbol sala no fuese una lesión. Quiero decidir cuándo. No sé si será dentro de unos meses, dentro de un año o dentro de dos, pero quiero poder escoger yo.
Pero, ¿de qué pasta estás hecho?
No lo sé (ríe). Creo que influye el ser positivo, el hacer lo que más te gusta, que para mí es jugar al fútbol sala. Amo esto. Es lo que he hecho toda mi vida, es lo que me hace feliz, lo que me llena de orgullo, por lo que lucho cada día. Mi mujer a veces me dice: “Sergio, lo has hecho todo, no necesitas más”. Pero renunciar a lo que más te gusta es muy difícil. Quiero volver a jugar, quiero volver a disfrutar, quiero volver a tener esa sensación. Para mí eso será la victoria.
Y un regalo, también.
Absolutamente. Yo me tomo cada día, ahora mismo, como un regalo. Y eso que el doctor me dijo que, si fuera yo, no volvería a jugar, ya que me arriesgaba a tener secuelas importantes, incluso a poder quedar cojo o a no poder llevar una vida normal. Sé a lo que me arriesgo. Sé lo que estoy poniendo sobre la mesa, pero mi corazón dice que quiere seguir jugando al fútbol sala y quiero exponer lo que tenga que pasar para seguir disfrutando.
¿Cómo se afronta todo esto mentalmente?
Creo que soy una persona mentalmente bastante fuerte, pero he tenido altibajos, eso es así. Tuve una aceptación muy rápida de la lesión y rápidamente me puse manos a la obra. Pero el primer mes, que tienes muchísimo dolor, me cambió totalmente la perspectiva. Eso te hace plantearte muchas cosas. A poco a poco vas remontando, pero no deja de ser una montaña rusa. He tenido días buenos, días malos, pero no te queda otra que aceptarlos.
¿No tienes miedo de volver a caer?
No, no tengo miedo de que me vuelva a pasar, de verdad. Y si me vuelve a pasar lo asumiré como cualquier persona. Quiero volver a jugar, quiero volver a disfrutar, quiero volver a tener esa sensación. Como he dicho, ahora mismo entrenar cada día y estar con los compañeros es más que una victoria.
¿Los precedentes te han ayudado a ser más positivo?
Sin duda. Para mí la primera de cruzados, la segunda operación, fue la más dura. Sufrí muchísimo. Volví a jugar, pero un año y pico después todavía tenía dolor. Fue una tortura psicológica. Me planteé la retirada por primera vez seriamente. Muy poca gente lo sabía, pero dije que no podía aguantar más ese dolor. Pero en la segunda de cruzados, que creía que iba a ser igual y dije que me quería retirar, todo fue muy bien. Por eso en ésta dije que quería ver cómo iba. Los precedentes me han ayudado a saber qué me va a pasar, qué fases me voy a encontrar y qué molestias o dolores voy a tener. También es cierto que, como sabes lo que te viene, te puede afectar, pero he podido afrontarlo con optimismo.
¿Has sido un buen paciente? ¿Te han tenido que frenar los médicos?
Esta vez he sido bastante cauto. A mí me daba igual la fecha porque mi objetivo era volver, ponerme de nuevo la camiseta del Barça, disfrutar de mi afición y que mi familia me vea otra vez jugar al fútbol sala. Mi hija me dice que a ver cuando voy a vestirme de jugador, que quiere que le dedique un gol haciendo el gesto de las coletitas. Esa es mi mayor motivación.
Hablando de médicos, ¿cómo de importante ha sido para ti poder recuperarte y poder hacer todo este proceso aquí en el Barça?
Tengo claro un par de cosas respecto a esto. Gracias a la persona que me ha operado he vuelto a jugar. Joan Carles Monllau es excelente. A pesar de que, entre comillas, he podido recaer, es uno de los mejores traumatólogos, por no decirte el mejor de rodilla, y eso me ha hecho volver. Estar en el Barça seguramente me ha permitido poder volver a jugar, poder volver a tener ese sueño, porque aquí tenemos todos los médicos, recuperadores, fisios, todo lo que necesites. Seguramente en otro club no hubiese tenido tantos medios y quizá no hubiese podido recuperarme de esta manera, así que estoy agradecido. He sido, dentro de la desgracia de lesionarme cuatro veces y operarme en todas ellas, un privilegiado por estar aquí.
¿Qué significa el Barça para ti?
Lo es todo. He vivido muchísimos años aquí, me siento parte de la casa. Soy un culé más. No me imaginé en el 2011, cuando llegué aquí al Palau, que iba a estar tantos años. Siempre me he sentido muy querido y eso no se puede devolver con nada, así que siempre estaré agradecido.
¿Qué queda del Lozano que llegó?
Pues mucho. He madurado en muchas cosas, claro está, pero la ilusión por jugar, la competitividad y las ganas de aprender no han cambiado. Aunque tengo 35 años, siempre pienso en qué puedo mejorar. Ahora mismo estoy como un nobel que viene el primer año, quiere hacerse su huequito y quiere ayudar al equipo por encima de todo.
Vuelves cuando se acerca la parte más importante de la temporada. ¿Qué esperas?
A nivel de equipo, espero ganarlo todo. Tenemos que ser ambiciosos. Este año hemos vivido unos meses duros, con altibajos de juego, pero lo que ha hecho el equipo es brutal. Las lesiones han pesado mucho, pero se ha hecho un ejercicio de supervivencia máximo. Espero que no les hayamos fundido y que les quede gasolina para la parte más importante de la temporada, la de los títulos. Pero para que se decidan los títulos ellos han tenido que estar muy bien estos meses y me quito el sombrero ante ellos y su esfuerzo. Y, a nivel personal, simplemente espero volver a la dinámica de grupo, intentar ayudar en todo lo posible sea desde el rol que sea. Me da igual. Sólo quiero ayudar.
Hemos empezado la entrevista hablando del 1 de abril de 2023. Ahora nos vamos al 17 de febrero de este 2024, aquí en el Palau, contra el Noia. ¿Cómo te lo imaginas?
Llevo muchos meses, muchos días y muchas noches soñando con ese día. Ha sido como gasolina. Imagínate que durante muchas noches que has estado en soledad, gasolina para ti era imaginarte salir por ese túnel. Ver a mi familia, ver a mi hija, ver a mi mujer, a los Dracs, a toda la afición... Y no sé si ni siquiera jugaré. No sé si jugaré un minuto o jugaré diez. Me da igual. Yo para mí ese día ya habré ganado. Eso es lo que me ha hecho, en momentos muy difíciles, levantarme e intentar seguir adelante para volver a jugar.
El apoyo incondicional que has sentido por parte del Palau ha sido muy bonito. ¿Qué les dirías?
Que gracias. Soy un afortunado por lo que me quieren a mi todos los culés. He notado que el 99,9% de la afición solo deseaba que me recuperase. Nunca ha habido una mala palabra y yo este apoyo lo he sentido y lo he agradecido. En momentos de mucha dificultad, que haya gente que te muestre su ánimo es importante para darte fuerza. Así que simplemente solo puedo dar las gracias.
Más noticias aquí