50 años después de JC
El interés del FC Barcelona por Johan Cruyff nació a finales de los años sesenta del siglo pasado. Vic Buckingham, el técnico inglés que entonces estaba sentado en el banquillo del Camp Nou y que había hecho debutar a Cruyff en el Ajax con solo 17 años, recomendó su contratación. Sin embargo, en ese momento las fronteras del fútbol español estaban cerradas y los clubs no podían incorporar futbolistas extranjeros. La directiva que presidía Agustí Montal, sin embargo, trató de aproximarse al crack holandés que, por su parte, se dejaba querer.
Para evitar la subida de precios que habría en el mercado futbolístico español en el momento en que se abrieran las fronteras ligueras, el FC Barcelona trató de dejar cerrada la operación con una cláusula en la que se especificaba que todo dependería de la decisión de la Delegación Nacional de Deportes. El caso es que a principios de 1970 el Barça firmó un acuerdo privado, con el Ajax y con Cruyff, que tenía como fecha de caducidad el 30 de junio de ese año. Desgraciadamente, el 9 de marzo la asamblea de los clubs españoles votó, de forma inesperada, que no habría apertura de fronteras para los futbolistas extranjeros. Alguien hizo cambiar de criterio a los presidentes que habían manifestado que votarían a favor.
Oriundos
La situación se desatascó, en buena parte, gracias a las ambigüedades de la ley que, desde finales de los años sesenta, permitía la incorporación a los clubs de la liga de jugadores sudamericanos, siempre que fueran hijos de padres españoles y no hubieran estado internacionales en sus países. Los llamados oriundos. Llegaron un total de 60, muchos de ellos con documentación falsa. Eso sí, al Barça le miraba con lupa mientras para otros clubs había manga ancha. El agravio comparativo empujó a Agustí Montal a encargar un estudio al abogado Miquel Roca i Junyent que concluía que, de los sesenta oriundos, 46 eran susceptibles de ser investigados porque habían venido con la partida de nacimiento falsificada o habían sido inscritos con procedimientos inverosímiles.
El presidente azulgrana amenazó con hacer público este informe y, aunque no fue fácil ni rápido, la administración acabó claudicando. Así, en mayo de 1973, siguiendo la solicitud del Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno del General Franco, la federación española de fútbol autorizaba la contratación de futbolistas extranjeros a partir de la temporada 1973/74. Cruyff, por fin, tenía las puertas abiertas. Pero había que empezar de nuevo con las negociaciones y había mucha competencia. Y es que durante las tres temporadas de espera de la apertura de fronteras en el fútbol español, entre 1970 y 1973, el Ajax había ganado tres Copas de Europa con el holandés como líder indiscutible. No es de extrañar, pues, que equipos como el Bayern de Múnich, el Real Madrid y la Juventus le fueran atrás.
Ni en Amsterdam ni en La Coruña
Agustí Montal y Armand Carabén, el gerente del FC Barcelona, casado con la holanesa Marjorie Van de Meer, viajaron a Amsterdam para intentar el fichaje de Cruyff por segunda vez, después de que el acuerdo de 1970 hubiera quedado en papel mojado, pero el presidente del Ajax, Jaap Van Praag, les cerró sus puertas de forma clara y desalentadora. Tanto es así que el Barça, que ya había fichado al peruano Hugo Sotil, fijó su punto de mira hacia el delantero del Bayern Gerd Müller, pero la federación alemana no permitía la salida de sus jugadores antes de que se jugara el Mundial de 1974. Mientras tanto, Cruyff se rebelaba y presionaba de lo lindo al Ajax para que le dejara marchar donde él había elegido.
La presión de Cruyff fue tal que Jaap Van Praag vio claro que la única salida era el traspaso del jugador y citó a Armand Carabén en La Coruña, donde el Ajax participaba en el trofeo Teresa Herrera. Parecía que el acuerdo se iba a producir de forma rápida, pero nada más lejos de la realidad. La reunión, que se celebró en el Hotel Atlántico de la ciudad gallega, no duró más de un cuarto de hora: el presidente del Ajax se descolgó pidiendo tres millones de dólares, alrededor de 180 millones de pesetas, una cantidad desorbitada en aquella época, y Carabén dio media vuelta.
Johan, rebelde
Unos días antes de este encuentro, el 28 de julio de 1973, Cruyff y el Barça habían llegado a un acuerdo privado en el despacho del abogado del jugador que sólo tendría validez si había acuerdo bisiesto con el Ajax antes del 10 de agosto. Todo ello empujó al crack holandés a dar una vuelta más en su cruzada para vestirse de azulgrana. "O voy al Barça o cuelgo las botas", espetó en unas declaraciones en Holanda. “Si Ajax no quiere venderme, iré a los tribunales”, dijo también. Además, llamó a Armand Carabén, que en aquellos primeros días de agosto interrumpió sus vacaciones estivales en Calella de Palafrugell para viajar a Amsterdam.
Ajax y Barça estaban condenados a entenderse más que nunca, pero Van Praag no quería dejar escapar la oportunidad de sacar un provecho económico desorbitado y, en una nueva reunión con el gerente del FC Barcelona, pidió dos millones de dólares, una cantidad todavía muy lejana a lo dispuesto a ofrecer Carabén en nombre del Barça. Cruyff puso entonces más leña al fuego insinuando a la prensa que no jugaría en Groningen, en la primera jornada del campeonato holandés. Por último, sí lo hizo, y además firmó dos goles y una asistencia. En cualquier caso, la rotura con el Ajax ya era un hecho.
13 de agosto de 1973
Al día siguiente del partido en Groningen, el 13 de agosto de 1973, fue el día. Ajax y Barça se habían citado a las 12.30 horas en el hotel Alpha. A las 11, Van Praag convocó a Cruyff en el Esso hotel, situado muy cerca del Alpha, y le ofreció una sustancial mejora de contrato, además del brazalete de capitán. Pero el jugador tenía muy claro que quería poner rumbo a Barcelona y no sólo por una cuestión económica. Por eso también dijo que no cuando, a continuación, cuatro empresarios neerlandeses le ofrecieron la misma cantidad que cobraría al Barça. Ajax no tenía nada que hacer.
A las 12:40 horas se inició la reunión en la habitación 1043 del hotel Alpha. Por un lado, la azulgrana, el gerente Armand Carabén y el entrenador Marinus Michels. Por otra parte, la del Ajax, el presidente Van Praag y dos economistas, De Boer y De Witt. En el bar del hotel esperaban, impacientes, Johan Cruyff, su abogado, Joncker, su suegro y representante, Cor Coster, y la esposa de Carabén, Marjorie Van der Meer. El encuentro duró más de tres horas y Carabén salió dos veces a llamar al president Montal. Finalmente, a las 15.55 el gerente del Barça, visiblemente agotado, anunciaba lo que tanto tiempo había querido anunciar: "¡Está hecho!".
No debutó hasta el 28 de octubre de 1973
El debut de Johan Cruyff en partido oficial con la camiseta del Barça aún tuvo que esperar dos meses y medio, cerrado su fichaje, el 13 de agosto. El asunto había encendido un debate muy caliente en los Países Bajos porque la Federación Holandesa, con Japp Van Praag detrás, se oponía a autorizar el transfer del futbolista alegando que debía tramitarse entre el 1 y el 31 de julio. El presidente del Ajax no dejaba de poner palos en las ruedas. Parecía que la autorización no llegaría hasta diciembre, pero la situación se desatascó un poco antes. En todo caso, en el tiempo en que no pudo jugar partidos oficiales Cruyff participó en cuatro partidos amistosos, contra Brujas, Kickers Offenbach, Arsenal y Ourense, que empezaron a amortizar su fichaje. Por último, el holandés debutó como azulgrana en partido oficial el 28 de octubre de 1973, en el Estadio, contra el Granada. Una fecha tan importante como la del 13 de agosto porque a partir de entonces la historia cambió.