¡Eindhoven es azulgrana!
Decía Jonatan Giráldez en la previa del partido que el Barça tenía que ganar sobre el césped y también en las gradas. Y así ha sido. El triunfo de las jugadoras culers ha venido acompañado por una marea azulgrana que se ha impuesto tanto en el Philips Stadion como en las horas previas de la final.
Ya desde buena mañana el hotel de concentración culer ha estado rodeado de aficionados del Barça. Más de 8.000 han viajado hasta Eindhoven, tanto en autocar como en avión, para apoyar a un equipo que se ha acostumbrado a jugar finales de Champions: lleva tres consecutivas y cuatro de las últimas cinco. Una barbaridad.
La salida hacia el estadio ha sido el último impulso de la afición hacia las jugadoras fuera del estadio. La adrenalina necesaria antes de un partido clave como el jugado en el Philips Stadion.
Camí cap a l'estadi, SENSE PARAULES afició 🔝🔝🔝🔝🔝🔝🔝🔝🔝🔝 pic.twitter.com/Ynu3zkmIq5
— FC Barcelona Femení (@FCBfemeni) June 3, 2023
Ya dentro del campo, la afición de Barça y Wolfsburg estaba prácticamente empatada a nivel numérico. Sin embargo, a nivel de ruido no había color. La afición culer ha cantado y gritado más alto y más fuerte que los alemanes, que sí es cierto que han estado más animados cuando se han visto por delante en el marcador. Pero con el primer gol de Patri Guijarro la historia ha cambiado... y el empuje de la afición ha provocado prácticamente el 2-2 minutos después. Ahora sí, la euforia ha sido incontenible, hasta que se ha desatado del todo con el 3-2 y, posteriormente, con el pitido final.
Tocaba celebrarlo. Tocaba bailar y saltar y cantar el 'Freed from desire' y el 'We are the champions' que iban sonando por la megafonía del Philips Stadion mientras las heroínas culés levantaban al cielo de Eindhoven una nueva Champions para la historia del Barça. Cuánta razón tenía Jonatan Giráldez.
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