Recuperarse en tiempos de pandemia

Hiroki Abe se lesionó el pasado 2 de febrero en el campo del Prat. El delantero japonés sustituyó a Kike Saverio en el minuto 68 y poco después, en el 81, tuvo que abandonar el terreno de juego por una lesión. Días después, el 11 de febrero, Hiroki Abe fue operado con éxito en Turku (Finlandia) por el doctor Lasse Lempainen de una ruptura del tendón proximal del bíceps femoral del muslo derecho. Hasta entonces, Hiroki Abe estaba siendo una pieza importante en el equipo de Garcia Pimienta. El jugador japonés había jugado 20 partidos de Liga en los que sumaba 4 goles. Ese día, en Finlandia, empezó un periodo de recuperación que, en su caso, ha sido atípico. Un proceso diferente que ha obligado a una perfecta coordinación entre todas las partes médicas implicadas.

Y es que la crisis sanitaria de la COVID-19 y el posterior confinamiento mundial sorprendió a Hiroki Abe en su país, Japón, recuperándose de la lesión para llegar a tiempo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. El gobierno nipón decretó el estado de alarma el 7 de abril y, aunque en su caso el confinamiento no era obligatorio sino recomendado, provocó que el proceso de recuperación de Hiroki Abe sufriera una serie de modificaciones que obligó a una máxima coordinación entre el cirujano que lo operó, el Dr. Lasse Lempainen, el médico del Barça B, el Dr. Xavier Valle, y el médico de la Federación Japonesa de Fútbol, el Dr. Tateishi, que realizaba el seguimiento diario de la lesión del delantero japonés. Un proceso de recuperación que el 24 de marzo dejó de tener los Juegos Olímpicos de Tokio como objetivo ya que fue ese día cuando el Comité Olímpico Internacional decidió aplazarlos hasta el verano del 2021. Ese día, Hiroki Abe dejó de tener la presión de todo un país que quería verlo liderar la selección olímpica y pudo centrarse en un único objetivo: estar listo para iniciar la temporada 2020/21 con el Barça B.

Cuarentena hasta el 1 de julio

Hiroki sigue en Japón. La cuarentena de 14 días decretada por el Gobierno español para todas aquellas personas que lleguen del extranjero se prolongará hasta el 1 de julio así que el delantero no regresará a Barcelona hasta pasado ese día para no ver frenado su proceso de recuperación durante dos semanas. Hasta ese momento, hasta esa primera semana de julio, seguirá vigente el proceso de reuniones telemáticas semanales entre el Dr. Lempainen, el Dr. Valle y los servicios médicos de la Federación Japonesa. Y es que la coordinación ha sido absoluta. Ejemplar pese a la situación de crisis sanitaria. Tanto que desde el Barça no se oculta la satisfacción con el estado físico actual de un Hiroki Abe que ha estado monitorizado y controlado en cada una de las fases de su recuperación que ha realizado en el Japan Institute of Sports Sciences, primero, y ahora en el Zozo Park Honda Football Area.

Durante todo el proceso se ha seguido el protocolo diseñado hace tiempo para este tipo de lesiones entre el Dr. Lasse Lempaien y los servicios médicos del FC Barcelona. De forma periódica cada semana se han recibido en Barcelona los videos del trabajo diario de Abe. Los primeros fueron trabajos específicos centrados en mejorar la fuerza, la coordinación, la movilidad y progresivamente se ha evolucionado a la introducción de la carrera, incrementando la complejidad de las acciones y la velocidad, hasta los actuales sprints y golpeos de balón.

La recuperación, supervisada por Kikushima y Hotta, los dos fisioterapeutas de la Federación Japonesa de Fútbol,  va, por lo tanto, por el buen camino. A Hiroki sólo le queda el tramo final. Volverá a Barcelona en julio, para controlar su estado y seguir su proceso de recuperación con el resto del grupo, y en agosto viajará a Japón para cumplir en casa la última etapa antes de incorporarse a la pretemporada del Barça B previa al inicio de la temporada 2020/21. La suya habrá sido la primera recuperación de una lesión en confinamiento y en el extranjero del Barça B. Una lesión que ha obligado a estar permanentemente conectados y coordinados a todos los servicios médicos implicados. Una coordinación que ha sido un éxito, pese a la crisis sanitaria mundial, y que ha sentado las bases sobre cómo actuar si en un futuro vuelve a producirse una emergencia sanitaria como la de la COVID-19 en medio de la recuperación de un jugador en el extranjero.