Frenkie de Jong: el futuro lleva su nombre
Frenkie de Jong es de esos jugadores que te atrapan en la primera mirada. Su fútbol es alegre e incluso un punto inconsciente. Quizá por eso engancha sólo verlo, porque no sólo es un futbolista defendiendo unos colores sino alguien que disfruta con el juego.
Conceptos y diversidad posicional: lo primero que hay que resaltar es la naturalidad con la que lleva a cabo los conceptos más básicos y más importantes del fútbol. Cada control es orientado, cada recepción con la pierna, alejada, y cada pase al compañero facilita la recepción del balón. Todo natural. Una naturalidad que traslada a todas las partes del campo. Porque De Jong es un jugador multiposicional y con enorme capacidad de adaptación.
Si hablamos en el idioma Barça, Frenkie puede jugar de 4, de 6, de 8 e incluso de 10. Y aunque no es su posición ideal, encajaría también como central iniciador del juego. De los 25 encuentros disputados como titular esta campaña, Ten Hag lo ha situado 20 partidos como interior en el 4-3-3, tres veces como pivote y dos como central. Así mismo, Ronald Koeman lo ubicó en el doble pivote izquierdo en los duelos ante Alemania y Francia. En realidad, su gran expansión de juego lo lleva a ocupar las cuatro posiciones en algún momento u otro. Razón por la cual, De Jong puede ser tanto un primer como un segundo escalón de juego. Y eso es dificilísimo de encontrar en el panorama futbolístico.
Conducción en carrera
La conducción de balón es un aspecto que lo define. Es extraordinariamente bueno llevándola a la práctica. Pese a su juventud, uno de los mejores conductores de la actualidad. Cuando la aplica es vertical y tiene unos primeros metros casi inalcanzables. Utiliza ambas piernas y tiene una protección de balón magnífica. Coloca el cuerpo entre el oponente y el balón, por lo que se hace difícil robárselo. Sus cualidades técnicas le permiten direccionarse a la zona más descubierta, allá dónde la jugada requiere. Este mix lo convierte en un experto de la división, sea desde la posición que sea. Un futbolista con altísima capacidad para batir líneas y crear superioridades con el balón.
Orientación corporal
Exquisito perfilando su cuerpo. Nunca da la espalda al juego y se maneja de manera brillante. Siempre, absolutamente siempre, su visión de campo es la máxima que la física permite. Es como si ajustara su posición para tener el control permanente del esférico, de los compañeros y de los contrarios a la vez. Pero cuando el contexto le imposibilita obtener la visión emplea otro recurso tan característico del idioma de juego azulgrana: mirar antes de recibir. Una acción que parece sencilla pero que, en realidad, es muy complicada de realizar a la velocidad que viaja el juego de primer nivel. Un concepto que concede ventajas, perspectiva y desenreda la toma de decisiones.
Todos los pases y tiempos
No es fácil controlar toda la tipología de pases. Y Frenkie de Jong lo hace. En gran medida porque domina todas las superficies del pie (empeine frontal, empeine exterior, empeine interior o rosca). Además, su elevada fiabilidad (91,8% de media), lo9 equipara a los centrocampistas azulgranas. Sergio Busquets está cerca del 90%, Rakitic se mueve en el 92% y Arthur promedia un elevadísimo 94%.
Añadir que combina muy bien el corto y el largo. Su tasa de asociación larga es del 3,5% (a una media de 2,7 desplazamientos por encuentro) y mezcla con destreza las direcciones de pase. Su criterio de juego ha alcanzado ese punto en que no es excesivamente plano en los pases ni se excede en el riesgo.
Recorte y amago
Utiliza principalmente dos recursos: el recorte-salida y el amago ir-no ir. Por la confianza que tiene en sendas maniobras, no duda en recibir aunque las condiciones no sean las más propicias. Son numerosas las ocasiones en que viene a recoger con su marca y logra desatascar la situación por medio de una de las dos acciones. Más ingredientes para generar superioridad, ya sea en el inicio o en la evolución del juego.
Continuidad y caídas en el polo opuesto
Uno de sus rasgos más marcados es la continuidad. Nunca se desconecta y su voluntad para participar se extiende a cualquier contexto de partido y ante cualquier situación. Con 82,4 pases de media ocupa la 9ª posición de Europa y, tras Toni Kroos y Marco Verratti, es el tercer centrocampista que más participa de toda la Champions League. Así mismo, se trata del jugador con mayor participación de la Eredivise, con un promedio de 78,4 pases. No existe relajación si el resultado es favorable ni desánimo en caso opuesto. En la primera vuelta, ante el Feyenoord, ¡alcanzó los 162 toques de balón! Pero en el mismo encuentro de la segunda vuelta y, pese a perder contundentemente, también fue el jugador con más intervenciones de ambos conjuntos.
Las caídas sin balón al lado contrario por donde se desarrolla el juego son también una acción recurrente en él. Con estas aperturas multiplica los beneficios, ya que agranda el espacio de conexión con él a la vez que ensancha al rival y crea líneas de pase para los compañeros más adelantados.
Recorrido de crecimiento
Pero como es lógico y, a sus 21 años, tiene aspectos de mejora. El juego del Barça precisa que sea más paciente de lo que es en el Ajax. Así mismo, tendrá que reducir ligeramente su radio de expansión para no consumir espacio a compañeros o perfeccionar la toma de decisiones. Sobre todo con su gran conducción de balón. Utilizada como recurso puede marcar diferencias pero realizada permanentemente puede minimizar su impacto. Y, cómo no, la adaptación al nivel máximo que representa el FC Barcelona.
Sea como sea, Frenkie de Jong es ilusión. Un futbolista ya buenísimo que puede llegar a ser descomunal. El mundo del fútbol siempre tiene un componente de imprevisible, pero lo que se intuye en él es enorme. De lo que no hay duda es que el futuro lleva su nombre.
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