Raúl Entrerríos: "Llegar a 500 partidos de Liga Asobal es un orgullo"
Raúl Entrerríos alcanzará este viernes, contra el BM Benidorm en el Palau Blaugrana, los 500 partidos en la Liga Asobal. El central asturiano, que disputa su novena temporada en el Barça Lassa, se convertirá en el cuarto jugador actualmente en activo que llega a esta cifra mágica, después de JJ Hombrados (707), el ex azulgrana Juanín García (618) y Javi Díaz ( 526). Antes de celebrar la efeméride, el '9' azulgrana repasa la trayectoria en una amplia entrevista con BarçaTV.
¿Qué supone llegar a los 500 partidos en la Liga Asobal?
Es un orgullo llegar a esta cifra, no es algo que tengas en mente cuando empiezas. Cuando llegas, sólo puedes sentir orgullo por haber hecho tantos años de carrera y continuar haciéndola en un club tan exigente como el Barça.
¿Aquel chico que empezó a jugar en Gijón se lo habría imaginado?
Ni mucho menos. Todos, cuando empezamos a jugar de pequeños, soñábamos con llegar a jugar al máximo nivel o jugar con la selección. Son sueños que tienes, y en mi caso se han ido cumpliendo uno tras otro. Cuando deje de jugar y empiece mi nueva vida miraré atrás y podré decir que he tenido una carrera plena.
¿Cómo recuerdas tu debut en la Liga, con la camiseta del Ademar de León?
Lo recuerdo complicado, pero con mucha ilusión. Estaba en un club muy importante y con una ciudad detrás suyo. Venía de ser campeón de Liga, así que la exigencia era máxima. Recuerdo muchos nervios por el reto, y era difícil por el cambio, por alejarme de la familia. Fue una etapa de mucho trabajo, de ganas de hacerme un sitio. Por ser la primera aventura fue especial.
Después fuiste a Valladolid. ¿Qué encuentras allí?
Fue difícil cambiar de aires, porque estaba muy bien en León. Era feliz y tenía grandes amigos, pero mi cuerpo me pedía un cambio, y me apetecía trabajar bajo las órdenes de Juan Carlos Pastor porque él trabaja mucho con los centrales. Creo que fue clave para llegar después al Barça. En Valladolid disfruté de tres años muy buenos, profesional y personalmente.
¿Qué sientes cuando te enteras que el Barça pagará tu cláusula?
El interés era previo, pero las circunstancias hacían que yo volviera a León para acercarme de nuevo a Asturias. Pero cuando el Barça volvió a la carga con el fichaje pensé que era una oportunidad que debía aprovechar. No conocía el club, pero fue un paso positivo. Cuando tienes la ocasión de competir al nivel más alto con el FC Barcelona en cada competición, lo tienes que aprovechar. No te das cuenta de cómo va todo hasta que llegas aquí, pero sin duda fue un paso decisivo en mi carrera y llegó en el momento justo.
Después de unos años en la competición, ganas la Liga Asobal en tu primer año en Barcelona.
Poco más se le puede pedir al debut con un equipo campeón como el Barça. Cuando llegas a un sitio nuevo siempre cuesta hacerte a los compañeros, a los hábitos de entrenamiento, a la ciudad. Son muchos cambios de golpe, y poder ganar el título rompiendo la hegemonía que tenía el Ciudad Real en los últimos años fue especial. Además, cerramos la temporada ganando la Liga de Campeones. Un año mágico. Tengo un recuerdo imborrable.
Más allá del aspecto deportivo, ¿qué te ha dado Barcelona?
La parte deportiva ha sido espectacular, lo que hemos hecho hasta ahora es difícil de imaginar, pero Barcelona me ha dado mucha tranquilidad para desarrollar mi carrera con todo lo necesario, y una vida plena en la ciudad. Con la familia estamos muy a gusto y ahora, después de tantos años tan bien, sería difícil cambiar. Ahora veo otra etapa abierta tras la deportiva, que es continuar aquí, y eso es fundamental. No hay un lugar mejor para dedicarte al deporte que este club, el más grande del mundo.
¿Tienes algún partido, de estos 499, marcado en la retina?
Hay partidos muy emotivos, los de las despedidas. El día que cambié León por Valladolid, hay mucha rivalidad entre los dos equipos, y aquellos días de derbi eran complejos cuando había tomado aquella decisión. También los primeros partidos con el Barça, ganando la Liga con la victoria ante el Ciudad Real. Los primeros años te marcan más, porque ves cosas diferentes.
¿Hay algún compañero que te haya marcado sobre la pista? ¿Y algún rival?
Compañeros hay muchísimos. He estado en grandes plantillas en todos los equipos. El que todos podemos pensar es Nikola Karabatic, pero deportivamente mi hermano ha sido fundamental en mi carrera. Más allá de deportistas, he hecho grandes amigos en todos los equipos. De rivales que me ha costado frenar, también hay un montón. Sobre todo en los primeros años, en que la Liga era muy potente y había figuras mundiales como Ólafur Stefánsson, Jackson Richardson o Yakimovich, que eran jugadores prácticamente imparables.
¿Cómo has llevado ser el pequeño de los hermanos Entrerríos? ¿Qué tiene esta familia?
Ser el hermano de Alberto ha sido siempre un orgullo. Pronto me desmarqué de su carrera, aunque es cierto que tenemos muchas cosas en común en el juego colectivo. Yo no era tan potente, no tenía tanto lanzamiento y aproveché mis recursos. Los dos hemos hecho nuestro camino, y ambos podemos estar orgullosos. A los Entrerríos siempre nos han inculcado desde pequeños la filosofía del esfuerzo, de la unidad y de la disciplina.
Con 38 años, da la sensación de que aún te queda cuerda.
Me encuentro bien físicamente, pero es cierto que los años pasan y hay días que tienes más molestias que cuando era joven, y los procesos de recuperación son más lentos. Por suerte no he tenido lesiones importantes, y soy una persona que se cuida, que lleva una vida sana y familiar. Esto ha ayudado a tener una carrera larga, así como trabajar en un club como el Barça. Me queda un año más de contrato, intentaré disfrutar al máximo hasta el último día que esté sobre la pista, y luego trabajaré desde el otro lado. Tengo muchas cosas para aportar y muchas también por aprender. Ya llegará, ahora quiero seguir disfrutando de esto.
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